Luego de las íntimas revelaciones de Ulises Bueno, quien confesó que tiene una flecha con un corazón tatuada en el pene, su tatuadora, Mariana Oliva, contó cómo fue el proceso. "No pensaba que iba a tener tanta repercusión porque yo no lo hice saber. Posteé una foto en Instagram, pero siempre trato de cuidar a mis clientes", dijo.
Oliva explicó que era la primera vez que le tocaba tatuar esa zona y que el procedimiento es delicado. "Es complicado porque esa piel es muy finita, como la de los párpados, y se mueve demasiado. Hay que agarrar el prepucio, estirarlo un poquito y doblarlo para poder tatuar ahí. Y con mucho cuidado, porque nosotros trabajamos sobre la dermis y hay que tener precaución de que la tinta no se expanda", detalló a Ernesto Tenembaum en Radio Con Vos.
Según compartió, el caso de Ulises Bueno fue rápido y sencillo. "Era una flecha con una pluma, un corazón, que simboliza a su hija Alma, y en la punta tenía la punta de la flechita", describió Oliva.
Consultada sobre la modalidad, la artista exclamó: "Se tatúa con el pene normal, flácido. ¡Me muero si tengo que tatuarlo con el pene erecto!"
El fin de semana pasado, Ulises había sido consultado al aire por Juana Viale acerca de sus tatuajes. "Mis tatuajes son mi diario íntimo" , había contado. El cantante cuenta con numerosos diseños en gran parte de su cuerpo. "No duele tanto como parece, porque la piel flexible impide que la aguja toque el miembro", confesó durante el programa.
Oliva también contó otra experiencia inusual que le tocó cuando tuvo que tatuar un mandala en la zona anal de una chica. "Fue extraño —dijo en ¿Y Ahora, Quién Podrá Ayudarnos?—. Yo no me lo haría".
A veces aconsejo no tatuarse ciertas cosas y trato de decirles qué zonas son complicadas. Por ejemplo en la zona anal, el post tatuaje lleva una cicatrización que es compleja y se puede infectar rápidamente
Por último, la artista explicó que, para el proceso de cicatrización post tatuaje, utilizó un film que se recorta con el mismo tamaño del diseño. Este método permite bañarse y moverse con libertad, sin que se salga, durante cinco días. "En el caso de Ulises hicimos eso para que no se le salga caminando. Él se tenía que ir a Córdoba y no le iba a prestar atención. Fue muy valiente: yo me había ido corriendo a buscar la mejor anestesia que había y me dijo que no quería usarla", cerró.
