Nueva Zelanda es un archipiélago compuesto por cientos de islas aisladas del resto del mundo. Tan aisladas que fue uno de los últimos lugares habitables a los que llegó el ser humano. Tan aisladas que el covid, que causó sólo 26 muertos y 2.600 contagios, parece apenas haber rozado sus costas antes de seguir su camino por otros países.

50.000 personas se juntaron a escuchar a la banda, lo que lo vuelve el recital más grande del mundo desde que el COVID-19 nos encerró a todos
Luego de una semana con menos de 10 contagios por día, los neozelandeses decidieron volver a la vida normal. Y volver al rock. La banda Six60 realizó un tour por todo el país, y lo terminó a todo trapo en "Eden Park", el estadio más grande de Auckland. 50.000 personas se juntaron a escuchar a la banda, lo que lo vuelve el recital más grande del mundo desde que el COVID-19 nos encerró a todos.
Matiu Walters, el cantante de la banda, declaró: "Sabemos cómo es estar en cuarentena. Es una cagada. Y no sabíamos si íbamos a poder tocar de vuelta. Pero tenemos suerte, por varias razones, en Nueva Zelanda".
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"Fue increíble ver lo fanatizada que estaba la gente, y lo excitados que estaban todos de estar afuera, viendo música en vivo, y viendo como salen de a poco de un largo y brutal año -dijo Ji Fraser, el guitarrista de la banda- Fue algo realmente muy especial".
Según le dijo Lucy Clumpas, una fan de Six60, al New York Post, "Es muy importante para nosotros, como seres humanos, poder juntarnos y cantar todos juntos. Se siente como si fueras parte de algo".
A nosotros, por el momento, nos queda mirarlos desde lejos. Pero, y lo demuestra Nueva Zelanda, hay algo del otro lado de la pandemia.