Una alarmante manifestación de odio contra los migrantes, en su gran mayoría venezolanos, se produjo ayer en la ciudad chilena de Iquique, ubicada en la costa del desierto de Atacama.
La policía chilena desalojó ayer a cientos de migrantes indocumentados que desde hace un año acampan en una plaza de la ciudad nortina, donde se produjeron algunos enfrentamientos, reflejo de una crisis visible en los espacios públicos de la ciudad.
Al menos un herido y cinco detenidos dejó este operativo en la plaza Brasil, ubicada a pocas cuadras de balnearios sobre el mar Pacífico. Mientras se producía el operativo policial, muchos de los desalojados cantaron el himno nacional de Venezuela.
Pero lo más grave fue una movilización nacionalista organizada por grupos locales contrarios a la presencia migrante, quienes luego del desalojo, organizaron una hoguera con todos los elementos de los migrantes- carpas, colchones y hasta coches de niños- y los quemaron en plena calle.
Los cerca de 300 los migrantes indocumentados debieron huir del lugar y fueron acogidos por organizaciones de beneficencia y eclesiásticas.
Hasta ahora, no hubo un pronunciamiento del presidente Sebastián Piñera, a quien muchos actores políticos señalan como el principal responsable de la crisis. Y no sólo por las constantes medidas y declaraciones xenofóbicas de su gobierno, sino porque fue él mismo, en febrero de 2019, quien viajó hasta la ciudad de Cúcuta, en la frontera colombiana-venezolana donde instó a un levantamiento contra el gobierno de Maduro y afirmó que los venezolanos que lleguen a Chile serían bien recibidos.
Quien sí se pronunció sobre el tema fue el relator especial sobre los derechos humanos de los migrantes de la ONU, Felipe González, quien calificó los hechos como una "inaceptable humillación".
Inadmisible humillación contra migrantes especialmente vulnerables, afectándolos en lo más personal. El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha ido volviendo cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de barbarismo. https://t.co/WwCRGIbFxu
— Felipe González Morales (@fglezmor) September 25, 2021
“Llamamos a respetar la integridad y dignidad de todas las personas y, sobre todo, llamamos a respetar y velar por los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes”, agregó.
Llamamos a respetar la integridad y dignidad de todas las personas y, sobre todo, llamamos a respetar y velar por los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes", Felipe González, relator especial sobre los derechos humanos de los migrantes de la ONU.
Cabe señalar que estos hechos se producen a menos de dos meses de las elecciones presidenciales del 21 de noviembre que determinarán al sucesor de Piñera y el destino de la Convención Constitucional. En este contexto, el candidato de ultra derecha José Antonio Kast, aprovechó para exaltar un sentimiento nacionalista. "Nuestro compromiso es claro: cerrar las fronteras y acelerar la expulsión de inmigrantes ilegales", escribió en su cuenta de Twitter.
Sus declaraciones fueron contrastadas por el candidato de la oposición Gabriel Boric, quien lamentó lo ocurrido en sus redes sociales. "La escena de pañales y coches ardiendo desgarra. La migración es una realidad global que requiere responsabilidad, realismo y acuerdos multilaterales, lo contrario a la doctrina Piñera que desde Cúcuta estimuló esta terrible crisis en su afán de erigirse como líder regional".
"Necesitamos un cambio, que deje atrás la política del abandono, que se construya también en conjunto con las comunidades que están viviendo estas realidades. Sólo desterrando el odio, en unidad y con políticas serias seremos capaces de enfrentar esto", escribió Boric.
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