Los cadáveres argentinos suelen tener historias fuertes, con robos, viajes transatlánticos y negociaciones históricas. Las manos de Perón, el cuerpo de Evita, los huesos de Aramburu y, ahora, el corazón de Maradona. El cuerpo del capitán de la selección de 1986 se quedó sin corazón el día de su muerte.
Se lo extrajeron en la autopsia de su cuerpo el 25 de noviembre, entre las 18 y las 22 horas. Le sacaron también el hígado y los riñones, con el objetivo de estudiar las causas detrás de su muerte. Es algo que se hace habitualmente cuando las razones de un fallecimiento no quedaron del todo claras.
La travesía del corazón del 10
Por supuesto, la historia de semejante corazón no podía quedar en la anodina rutina de la investigación policíaca. El 2 de diciembre del 2020, los órganos de Maradona fueron enviados al Departamento de Anatomía Patológica de la Superintendencia Científica de la Policía de la provincia de Buenos Aires, donde se realizaron los estudios.
La policía tenía informes sobre un posible intento de robo del órgano en cuestión por parte de la barra brava de Gimnasia y Esgrima de La Plata, para guardarlo como trofeo.
Para que el corazón haga el viaje fue necesario un operativo especial por parte de la Policía Bonaerense. Se realizaron diversos cordones y retenes. La policía tenía informes sobre un posible intento de robo del órgano en cuestión por parte de la barra brava de Gimnasia y Esgrima de La Plata, para guardarlo como trofeo. Según informó Infobae, la barra incluso llegó a diagramar planes para robar el corazón.
El operativo policial logró evitar incluso el intento, y los estudios sobre el órgano pudieron desarrollarse sin inconvenientes. Descubrieron que el corazón del autor del Gol del Siglo pesaba 503 gramos al momento de su muerte, el doble que el de una persona sana. Además, encontraron diversas cicatrices, causados por varios microinfartos que sufrió Maradona.
A partir de allí, es probable que su hígado y riñones se desechen, mientras que el corazón se conserve por su importancia simbólica.
Luego de los estudios, los órganos quedarán en formol por los próximos 10 años. A partir de allí, es probable que su hígado y riñones se desechen, mientras que el corazón se conserve por su importancia simbólica. Hasta ese momento, los órganos se mantendrán bajo el custodio del Departamento de Anatomía Patológica de la Policía Bonaerense, a apenas tres cuadras del estadio del Lobo.
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