La ONG Búsquedas Verdades Infinitas, que lucha contra la sustitución de identidad en Argentina, presentó un amparo colectivo denunciando al Estado, pidiendo más políticas públicas y acceso al Banco de Datos Genéticos: "Somos los desaparecidos que estamos vivos", dijo a Diario Con Vos la abogada Gisela Di Vincenzo, presidenta de la ONG.
Di Vincenzo recordó su historia cuando fue victima del tráfico de bebés. Ahora, motivada por encontrar herramientas para quienes buscan su identidad, presentó junto a 3.000 madres e hijos un amparo colectivo.
Cómo es vivir sin conocer tu identidad
Gisela contó que la situación que viven cerca de 3 millones de argentinos -según datos no oficiales - es muy dura. Muchos crecen con la presión de "venir a cubrir un lugar de un hijo que no pudo ser" sin siquiera saberlo y cuando se enteran sienten una vergüenza muy fuerte.
"No es fácil ser hijo del trafico, no es fácil buscar una mamá que quizá está oculta por el que dirán o porque cree que estás muerto. No es fácil ser hijo de nadie", contó Gisela.
Me fueron a buscar en un departamento donde me vendieron como mercancía por tres aguinaldos. A mi padre de crianza le dijeron que me mantenga escondida cinco días y me anotaron como propia".
A las madres biólogicas les dicen que su bebé murió y no se lo dejan ver o lo ponen directamente en un cajón. Muchas de ellas viven con la sospecha por siempre. Gisela opinó que por el otro lado, los padres que apropian lo hacen por desesperación y naturalizan la situación haciéndolo pasar por algo común: "No sienten culpa porque piensan que te dieron lo mejor y no te faltó nada".
"Al momento de enterarte sentís que te desprendés de todo el árbol genealógico, sentís que no pertenecés, es el abismo. Sabiendo que no sos de acá ni de allá, vas a la CONADI a que te saquen sangre y ahí tenes el primer cachetazo cuando te dicen: no es tu lugar", subrayó.
La historia de Gisela Di Vincenzo
Gisela se enteró a los 35 años que había sido apropiada cuando su madre de crianza se lo confesó en medio de una pelea: "me gritó que tenía que agradecerle porque no era mi mamá: ´nosotros a vos te compramos´, me dijo".
En ese momento sintió que "explotó un volcán en su cabeza" y que su alma se rompió. A partir de ese día, decidió estudiar abogacía y se puso a investigar para encontrar su identidad y la de muchos otros.
"Nací en el 73 con una partera que se llama Sofia Muller que se robaba los chicos del Hospital Italiano y lo vendía en red con otra gente en Almagro. Me fueron a buscar en un departamento donde me vendieron como mercancía por tres aguinaldos. A mi padre de crianza le dijeron que me mantenga escondida cinco días y me anotaron como propia", recordó.
Aunque todavía no pudo localizar a sus padres biológicos, Gisela contó que el vínculo con sus padres de crianza continuó: "me costó un montón poder entender su egoísmo. No sé si los perdoné, pero hice un pacto con Dios porque necesitaba estar bien por mis tres hijas", contó.
Gisela sostuvo que si en la televisión hubiera una convocatoria "se rebalsa el Banco de Datos Genéticos, porque es increíble la cantidad de madres, hijos e hijas que buscan".
El amparo colectivo
La denuncia por "omisión de ayuda por parte del Estado" tiene como objetivo conseguir herramientas que hasta el momento se les fueron negadas. Entre sus reclamos, la ONG pide poder acceder al Banco de Datos Genéticos, que sus causas no sean archivadas por falta de pruebas, y que exista un censo para conocer el número real de personas en esta situación.
"Necesitamos políticas públicas y un lugar donde se investigue. Nuestros papeles y partidas de nacimiento son legales, pero apócrifas. Algunos fuimos vendidos, otros fuimos entregados, pero la omisión del Estado está desde el momento de nacer porque nadie tuvo el resguardo de decir donde salió esta criatura", subrayó.
También se quiere posibilitar que investigar sea más fácil. El Banco de Datos Genéticos no es accesible a todos a partir del 2009 cuando cambió la ley. Ahora se restringe a la etapa dictatorial y el resto solo puede corroborar la identidad a través de medios privados.
"Quienes se presentamos en el Banco y dieron negativo con los familiares de desaparecidos de la dictadura, son de los nuestros, entonces ¿por qué no compararlo con las madres de nuestra situación?", se preguntó la abogada y agregó que si en la televisión hubiera una convocatoria "te aseguro que se rebalsa el banco de datos porque es increíble la cantidad de madres, hijos e hijas que buscan".
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