La Argentina cuenta con una riquísima variedad de paisajes que van desde las áridas tierras de la Puna, hasta las verdes selvas misioneras, los humedales correntinos, las serranías cordobesas o las extensas llanuras de Buenos Aires o La Pampa. Todo eso sin olvidarnos de la increíble Cordillera de los Andes, las mesetas patagónicas y un litoral marítimo pleno de vida.
Sin dudas, los turistas foráneos se maravillan con las Cataratas del Iguazú, el Glaciar Perito Moreno, las ballenas de Península Valdés y el misticismo del “Fin del Mundo” fueguino.
Así y todo, Argentina es mucho más que eso y la post pandemia nos está invitando a reconocer una argentina turística desconocida por nosotros, los argentinos.
Nuestro país nunca ha contado con la visión de Walt Disney para propiciar el desarrollo de Orlando o los fondos de los Emiratos Árabes para impulsar destinos como Dubai o Qatar; Argentina es natural, pero tiene infinitas posibilidades en materia turística. Aunque usted no lo crea tiene todo por hacer, solo falta un poco mas de voluntad política.
La post pandemia nos está invitando a reconocer una argentina turística desconocida por nosotros.
Los Esteros del Iberá, el Hornocal o el Impenetrable, siempre estuvieron ahí, faltaba ponerlos en valor para transformarse en destinos turísticos de características inigualables.
Los emprendimientos de empresarios locales, que muchas veces apuestan a enderezar la curva, son la más clara muestra de cómo la actividad turística genera trabajo aún en las poblaciones más pequeñas del interior del interior.
Con el apoyo de los estados nacional, provincial y municipal, la actividad turística debe ser Política de Estado, pero en serio, para generar arraigo, fuentes de trabajo y desarrollo económico.
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