Ya pasó una semana de gira de Sergio Massa por Estados Unidos, durante la cual visitó Washington y Houston y se encontró con Kirstalina Georgieva, directora del FMI, y David Lipton, quien era el segundo al mando de la institución cuando esta le dio el préstamo a Mauricio Macri. Según Alejandro Bercovich, el ministro "llegó montado sobre la acumulación de reservas gracias al dólar soja, que probablemente termine por engrosar en 5 mil millones de dólares la oferta del Banco Central".
El conductor de Pasaron Cosas destacó que la semana pasada fue, y la siguiente probablemente vaya a ser, de mucha afluencia de dólares. "Hay que entender -subrayó- la concesión de Massa a los sojeros, para saber si fue estabilizar el barco o si fue una devaluación en cuotas". Para el economista, va a ser muy difícil sacar el dólar soja a partir de ahora. "Es como sacarle un caramelo a un niño después de que ya se lo diste", planteó. Además, diversos sectores podrían empezar a pedir medidas similares para sus exportaciones, y la situación podría llevar a una devaluación fuerte o al desdoblamiento cambiario.
Los sueldos están en un punto crítico, y no están siendo rescatados por estas misiones de Massa, ni afuera ni adentro.
"Empieza a asomar que este veranito del dólar soja puede durar dos semanas más, pero ahí se acaba", afirmó. Siguió: "El día 31 post dólar soja es muy difícil que exista, y si existe va a haber otras promociones para los que siempre ganan". De acuerdo a lo que explicó Bercovich en Radio Con Vos, "las devaluaciones son devaluaciones, las transferencias a los más ricos son transferencias a los más ricos, la concentración del ingreso es concentración del ingreso, y no hay devaluaciones temporarias".
"Los sueldos perdieron contra la inflación en julio, en agosto y en septiembre ya la curva da miedo". afirmó. Planteó: "Los sueldos están en un punto crítico, y no están siendo rescatados por estas misiones de Massa, ni afuera ni adentro". Bercovich subrayó que el ajuste de los ingresos lleva seis años, pero al mismo tiempo "hay sectores que sí crecen, como los restaurantes, que están llenos porque la gente que tiene guita la gasta mientras otros no llegan a fin de mes". "Es una forma de desigualdad cristalizada donde el mercado trabaja a dos tiempos, a dos velocidades", destacó.
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