El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no volvió a brindar un discurso público ni realizar actividades oficiales desde que pidió a sus seguidores que levanten los bloqueos de rutas después del triunfo del exmandatario Lula da Silva.
Ni siquiera participa de los eventos internacionales en los que debería representar a su país: no fue a la COP27 en Egipto, a la que sí asistió el presidente electo Lula da Silva, ni a la reunión del G20 en Indonesia. El ministro de Relaciones Exteriores, Carlos França, fue en su lugar.
Tampoco participa activamente en sus redes sociales como solía hacerlo. El 8 de noviembre compartió en Twitter una foto en un escenario con la bandera de Brasil de fondo y recién hoy volvió a tuitear para compartir los links de otras redes sociales como Tiktok y Telegram. Nada más. En su biografía todavía se lee "candidato a la reelección".
Según la AFP, Bolsonaro está aislado en la residencia oficial de la Alvorada, en Brasilia, mientras sufre una enfermedad de piel en una pierna. El vicepresidente Hamilton Mourao, en diálogo con el diario brasileño O Globo, explicó que se trata de "una erisipela".
La erisipela es una infección en la piel que causa una bacteria cuyo tratamiento involucra la toma de antibióticos y el reposo para evitar hinchazón. Sin embargo, el Palacio del Planalto no brindó un parte médico al respecto ni indicó cuándo Bolsonaro podría retomar sus actividades oficiales.
"Es una cuestión de salud. Está con una herida. No puede ponerse un pantalón, ¿cómo va a venir acá en bermudas?", bromeó Mourao restándole importancia al bajo perfil del jefe de Estado. Bolsonaro recién realizará el paso de mando el 1° de enero de 2023.
El vicepresidente, que fue electo senador por Río Grande do Sul en las elecciones, ya reemplazó al primer mandatario el miércoles en una ceremonia de oficialización de embajadores en Brasil.
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