El testimonio de Federico Martín Tavarozzi, el sexto amigo de Fernando Báez Sosa fue clave: reconoció afuera del boliche a uno de los agresores. “Tenía cara aplanada. Lo identifiqué en el momento y en la rueda, era Luciano Pertossi. Revoleaba patadas y trompadas. A todo lo que no era de su mismo color le pegaba”, dijo.Más temprano habían declarado otros amigos de Fernando y su suegro.
Tavarozzi vio cómo Pertossi le pegó a Lucas Filardi, quien, precisamente había testimoniado durante la misma jornada. “Fue uno de los principales que abrió la zona para que le puedan pegar”, completó. Recordó que esa noche se abrió del grupo de amigos para atender su celular y por eso vio el ataque desde atrás. “Me consterné. Vi un par de piñas y, de pronto, el próximo recuerdo era Fernando tumbado y con asistencia, y mis otros amigos lastimados llorando”.
Más adelante graficó: “En mi mente tengo recuerdos nublados. Había gritos y arengas. Le pegaron una trompada a Julián García, pero no recuerdo quién fue”. En ese momento, Enzo Comelli y Máximo Thomsen, dos de los rugbiers imputados y que hasta el momento se habían mostrado impasibles, se inclinaron, en lo que su abogado Hugo Tomei, interpretó como una señal. Tomei salió de atrás de su escritorio y se aproximó para escucharlos. Fue un minuto, pero marcó el primer quiebre del grupo.
Mas tarde vino el testimonio de otro amigo de Fernando y octavo testigo del Juicio: Lucas Begide , quien habló de la pelea fuera del boliche Le Brique y apuntó contra Ayrton Viollaz, dijo que le dio una piña. Además, volvió a testimoniar la patada que Máximo Thomsen le pegó en la cabeza a Fernando.
Justo en ese momento, Graciela Sosa, la mamá de Fernando, se descompensó y debió salir de la sala.. Fue atendida en una sala contigua, según se supo le bajó la presión, y al poco tiempo se recuperó. Silvino Báez, papá de la víctima, por su parte, regresó solo a la audiencia luego de haber acompañado a su mujer.
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