Un taxista declaró hoy como testigo en el juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, y llegó con una carta dirigida a los ocho acusados por el ataque. Intentó, aunque se lo impidieron, leerla frente al tribunal. Les quería decir que "todavía están a tiempo de mostrar valentía".
La carta tiene no menos de cuatro páginas escritas por el testigo Marcos Acevedo, dirigidas a los acusados a Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi.
El testigo escribió: "Hoy estoy acá pero me hubiese gustado no estar, me hubiera gustado por el contrario que Fernando cuente su verdad". En otro párrafo, les dice a los acusados: "Hoy es tarde para pedir perdón, sí, pero todavía están a tiempo de mostrar valentía y aliviar su alma por su cuerpo y mente deben estar consumidos". Siguió: "Fue una salvajada. Aún tomados o alcoholizados, todos sabemos que una patada en la cabeza puede costar la vida. Fernando no recibió una, sino varias, y eso lo vi".
Fue una salvajada. Aún tomados o alcoholizados, todos sabemos que una patada en la cabeza puede costar la vida. Fernando no recibió una, sino varias, y eso lo vi.
Acevedo llegó a la sala de audiencias para contar lo que vio en la madrugada del 18 de enero de 2020, en la puerta del boliche "Le Brique", en Villa Gesell. Cuando tomó la palabra, le pidió a los jueces unos minutos para leer lo que había escrito.
Los magistrados le dijeron que no podía, que solo había citado para declarar y no debía hacer uso de la palabra para otra cosa. Luego, le pidieron a la fiscalía, que citó al testigo en cuestión, que le explicara como es la ley sobre el tema. Luego, Acevedo declaró y se fue de la sala sin leer la carta.
Contó que vio la paliza que le dieron a Fernando, que los agresores comenzaron a golpearlo "sin mediar palabra", y que gritaban "negro de mierda, ahora que estamos afuera, por qué no me decís lo que me decías adentro".
Durante su testimonio, contó que vio la paliza que le dieron a Fernando, que los agresores comenzaron a golpearlo "sin mediar palabra", y que gritaban "negro de mierda, ahora que estamos afuera, por qué no me decís lo que me decías adentro". Además, informó Télam, fue el único testigo que miró a la cara a los acusados cuando quedó frente a ellos mientras se mostraban unos videos. "Quería que sintieran la mirada de la sociedad", explicó.
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