Después de varias vueltas y en medio de una oleada de protestas que no aflojan desde hace casi dos meses, Dina Boluarte accedió a llamar a elecciones para este mismo año. La actual presidenta de Perú pidió al Congreso adelantar los comicios, pero su propuesta ya encontró obstáculos.
Perú vive una gran crisis social y política desde que el 7 de diciembre el presidente Castillo fue removido de su cargo por intentar disolver el Congreso. Desde su detención y la asunción de Boluarte en su lugar, miles de personas se manifestaron en contra de la remoción del mandatario, a favor del cierre del parlamento y, sobre todo, en reclamo de un llamado a elecciones.
"Desde el Ejecutivo habíamos planteado que estas elecciones se adelanten a abril de 2024", explicó Boluarte a la prensa local. Sin embargo, las protestas continúan, hay más bloqueos y violencia", agregó, con lo cual tras charlar con el ministro de Justicia y el Jefe de Gabinete propuso adelantarlas a octubre de 2023.
Este viernes, el Congreso rechazó la propuesta de adelantar los comicios.
"Que se adelanten las elecciones a la fecha y hora que el Congreso diga. Inmediatamente, desde el Ejecutivo, estaremos convocando a esas elecciones", insistió la presidenta, que parece ir cediendo de a poco ante la firmeza de los manifestantes que ocupan las calles a diario sin cansarse. Ni siquiera el despliegue represivo de la policía de Perú detiene la oleada de protestas, que en poco más de una semana cumple dos meses.
Este viernes, el Congreso rechazó la propuesta de adelantar los comicios. Bancadas como Fuerza Popular y Cambio Democrático votaron a favor; mientras que las fuerzas de izquierda, en especial Perú Libre, reclamaron que también se incluyera una consulta para convocar a una asamblea constituyente. Avanza País y Renovación Popular, por su parte, mantuvieron su rechazo, según informó el diario peruano El Comercio, y el proyecto fracasó.
Desde el inicio de las protestas, conforme reportan activistas e intelectuales, murieron más de 55 personas, algunas en medio de la represión policial de las manifestaciones y otras en accidentes y hechos vinculados con los bloqueos. Además, la convulsión y la crisis están empezando a generar escasez de alimentos y de combustibles especialmente en el Sur, según detalló Télam.
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