Casi 50 personas pertenecientes a la secta religiosa Iglesia Internacional de la Buena Nueva (Good News International Church), dirigida en Kenia por Makenzie Nthenge, murieron por no comer para "conocer a Jesús" una vez que fallecieran de hambre.
El sábado exhumaron 21 cuerpos de fieles de la secta en el este de Kenia y este domingo sumaron otros 26, aunque la cantidad de tumbas halladas en el bosque de Shakahola de Malindi, que pertenece al condado costero de Kilifi, asciende a 65. Varios adeptos de esa iglesia todavía se esconden en el bosque.
Entre los muertos también hay niños y niñas enterrados junto a los padres o familiares que decidieron obedecer a Nthenge y seguir su indicación de realizar ayuno para reunirse con Jesucristo.
Los investigadores intervinieron en la zona a raíz de una información que apuntaba a una posible fosa común. Hallaron a una mujer este domingo con los ojos desorbitados que rechazó alimentarse, antes de ser trasladada en una ambulancia.
La semana pasada habían hospitalizado a otros 11 fieles de entre 17 y 49 años, siete hombres y cuatro mujeres, después de socorrerlos en el bosque de Shakahola. El jefe de la secta acudió el 15 de abril a la policía, antes de su última detención.
Una fuente policial afirmó que Nthenge inició una huelga de hambre y que "reza y ayuna" mientras está arrestado. Según medios locales, también detuvieron a seis seguidores de Makenzie Nthenge.
En un informe, la policía indicó que había sido informada de varias personas "muertas de hambre con el pretexto de conocer a Jesús después de que un sospechoso, Makenzie Nthenge, pastor de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, les lavara el cerebro".
Según medios locales, a Nthenge lo detuvieron e inculparon el mes pasado, después de que dos niños murieron de hambre mientras los cuidaban sus padres. Pero pagó una fianza de 100 mil chelines kenianos (unos 740 dólares) y quedó libre.
Con información de Télam
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