La azafata acusada de demorar un vuelo de Aerolíneas Argentinas desde Buenos Aires a Miami se negó a declarar este martes y volvió a Ezeiza. Daniela Carbone debía declarar frente al juez Federico Villena a las 11:30 en los Tribunales de Lomas de Zamora.
Estuvo cuatro horas en ese establecimiento, se negó a declarar y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) la devolvió a su lugar de detención. Como los delitos de los que se la acusan son excarcelables, la acusada espera que el juez decida liberarla tal como pidió su abogado.
Desde Aerolíneas Argentinas indicaron que los delitos de "intimidación pública y entorpecimiento de los servicios públicos (art. 211 y 194 del Código Penal, respectivamente) son faltas graves, por ende, de comprobarse la acusación y el delito, la empresa sancionará a la persona investigada de forma proporcional a la gravedad del hecho".
La causa se encuentra bajo secreto de sumario, pero según contaron fuentes a Télam "hay elementos de prueba suficientes" contra la mujer, a quien se acusa de "coacción agravada al piloto" por "referencias a su familia", luego de haber intentado "hacer pasar la amenaza como una interna sindical".
Carbone fue detenida cuando volvió al país en su último vuelo acusada de ser la autora de la llamada que recibieron el domingo tanto el comandante de a bordo en su teléfono celular personal como otros integrantes de la empresa. Esa amenaza puso en alerta a la seguridad del aeropuerto, que implementó un operativo que demoró la salida del vuelo y generó complicaciones a los 270 pasajeros que viajaban en la aeronave.
La detenida tiene 47 años, una hija mayor de edad y trabaja en Aerolíneas Argentinas desde hace 25 años. En Instagram, la azafata de Aerolíneas Argentinas se describe como “Comisario de a bordo. Futura paramédica”.
