Un impresionante fresco de naturaleza muerto que incluye la representación de algo muy parecido a una pizza fue hallado en las ruinas de la antigua Pompeya, aunque el plato parece no tener salsa de tomate ni muzzarella y, en cambio, incluye un ingrediente llamativamente parecido al ananá.
El fresco, que tiene 2.000 años de antigüedad, apareció en una excavación en la Regio IX del parque arqueológico de Pompeya, cerca de Napoles, la provincia italiana donde nació la pizza. La pintura estaba en una pared en lo que se cree que era una casa con una panadería en el frente. Aparentemente, muestra una focaccia redonda en una bandeja de plata con varias frutas encima, incluyendo una granada y, posiblemente, un dátil.
Sin embargo, es sumamente improbable que lo hay en el plato sea un ananá, dado que esta fruta recién llegó a Europa desde América del Sur en el siglo 15, 1.500 años después de que se pinte el cuadro en cuestión.
Según expertos, el pan está sazonado con especias o moretum, una salsa de queso con hierbas que comían los antiguos romanos. Al costado del plato hay una copa de vino y frutos secos, dátiles, granada y una guirnalda de madroños amarillos.
Napoles, el lugar donde se encontró la antigua pintura, es donde nació la pizza. En un principio, era una simple combinación de salsa de tomate, muzzarella, albahaca fresca y aceite de oliva. Con el tiempo fue admitiendo la infinidad de variantes que el plato tiene hoy en día, y su difusión global vino con sus propias transformaciones.
Gino Sorbillo, dueño de una de las pizzerías más viejas de Napoles, está convencido que la antigua imagen muestra, de hecho, una primitiva pizza. En diálogo con The Guardian, expresó: "En la antigua Pompeya, según sabemos, ya había formas de pan plano hecho con harina, agua, sal, y tal vez cerveza como agente leudante". Agregó: "Lo comían con vegetales o la pesca del día, era un antecesor de la pizza". Además, explicó que la fruta no se consideraba un postre en la antigua roma, y se utilizaba como parte del plato principal.
