En la jornada electoral del domingo, los disfrazados de siempre hicieron que las filas para votar en las escuelas fueran más llevaderas para el resto de los asistentes. A eso se le sumó la experiencia de sufragio compartida por los usuarios en las redes sociales, que contaron desde excentricidades de votantes hasta experiencias con famosos. Una de las que más trascendió fue con Ricardo Darín, en una insólita conversación que tuvo con uno de los votantes.
A la polémica por los dichos de Lali Espósito se le sumó una desopilante anécdota con Darín. El actor fue tendencia en Twitter a raíz de la experiencia compartida por un usuario, @luucadb_, que coincidió con él en la misma escuela y mesa electoral. El usuario contó una supuesta conversación que sostuvo con Darín: "Insólitamente, hice la fila en la misma mesa que Darín. Me acerqué a saludarlo, le di la mano y le dije: 'Ricardo, a lo Bukele eh'", desarolló el usuario, haciendo referencia al candidato de extremaderecha Santiago Cúneo, que había organizado su campaña a partir de prometer imitar al presidente de El Salvador si ganaba.
El usuario añadió, sobre la inesperada situación, que Darín le respondió afirmativamente y confesó, "me agarró del hombro y me susurró al oído 'Quedate tranquilo, nene. Es nuestra'. Un recuerdo para toda la vida". Además, acompañó su relato con una foto del actor haciendo la fila para entrar al cuarto oscuro.
Muchos usuarios no le creyeron y quien había compartido la historia con el actor argentino se sostuvo firme en su versión, "Está bien muchachos, no me crean. La charla me la llevo yo".
El tweet se viralizó y llegó al mismísimo Darín, que, ante la pregunta de si era verdad lo que contaba el usuario sobre la conversación, respondió negativamente: "¡No, para nada... no se atreve a decirlo en mi cara!", informó desde su perfil en esta red social.
Las respuestas al actor comenzaron a llegar, "sos lo más grande que existe Ricardo", o "destruilo en mil pedazos a este papanatas", fueron algunos de los mensajes que le dejaron tras desmentir la anécdota. El dueño de la cuenta, que había expandido la mentira, tuvo que poner su cuenta en privado.
