Hace más de 20 años que la Argentina salió de la convertibilidad y, desde entonces, nuestro país devaluó varias veces para poder ganar competitividad. Sin embargo, todavía existe una moneda que, por una llamativa razón, puede valer más que el dólar.
Aunque parezca increíble, la moneda de un centavo todavía es de libre circulación, pese a su muy escaso valor en el mercado. Eso significa que una persona podría comprar un paquete de yerba de $700 con una bolsa con 70 mil de estas monedas. Igualmente, ante una situación así, dudo que el cajero te las acepte. Quien sí o sí debe hacerlo es el banco: podrías pagar impuestos en cualquier entidad financiera con monedas de un centavo y, legalmente, están obligados a aceptarlas.
De acuerdo a la cotización del dólar blue actual, se necesitan unas 750 monedas de un centavo para poder comprar una moneda de un centavo de dólar. De todas maneras, existe una forma de volver por un momento al 1 a 1.
Según las descripciones del Banco Central, existen dos tipos de monedas de un centavo de Argentina: la primera de color más dorado, compuesta en un 92% de cobre y un 8% de aluminio y su peso es de 1,97 gramos. La otra, de un color más oscuro, pesa dos gramos y se compone de un 97% de cobre, 0,5% de estaño y un 2,5% de zinc.
Si se toma solamente al metal preponderante de cada una de estas monedas y se las vende para su fundición, la primera contiene 1,81 gramos de cobre, mientras que la segunda posee 1,94 gramos. Al día de hoy, la tonelada de cobre cotiza a 8.130 dólares. Por lo tanto, cada moneda de un centavo argentino, en cobre, contiene entre 1,47 y 1,58 centavos de dólar respectivamente.

Así que, ya sabés, si tenés muchas monedas de un centavo guardadas, podrías venderlas como metal y obtendrías más de su equivalente en la divisa norteamericana. Una forma más que curiosa de retornar a la convertibilidad.