Finalmente el Tribunal de Enjuiciamiento destituyó a Mariel Suárez, la jueza de Comodoro Rivadavia que recibió una denuncia por mal desempeño tras visitar y besar a un homicida en la cárcel. El hecho ocurrió a fines de 2021 cuando la magistrada intimó con Cristian Omar “Mai” Bustos.
Aquella vez la jueza Suárez se besó con Bustos, un preso de 41 años que cumple una condena firme a 20 años de prisión en el Instituto Penitenciario Provincial de la Ruta 3 por el crimen de su hijastro, un bebé de 9 meses, ocurrido en 2005.
Por si fuera poco, Bustos tiene otra sentencia a prisión perpetua por matar a un policía y herir a otro en 2009 durante un operativo en el que pretendían detenerlo. Entre tanto, el fallo por lo ocurrido con la jueza Suárez fue dividido.
El ministro del Superior Tribunal de Justicia, Daniel Báez, la diputada Mariela Williams y el abogado Miguen Ángel Barletta, votaron por la destitución de Suárez. A diferencia de ellos, la diputada Mónica Sasso y la abogada María Florencia Góngora se pronunciaron por la absolución.
En su defensa, Mariel Suárez dijo que el proceso sucedió por ser mujer, e incluso acusó al Tribunal de no tener la misma vara para juzgar a otros jueces. En ese sentido, puso como ejemplo el caso donde dos fiscales y un juez sufrieron una denuncia por ir a detener en su propio despacho a un ministro en funciones sin el desafuero otorgado.
Sin embargo, en 2022 se comprobó que la jueza se encontró dos veces con Bustos en el Instituto Penitenciario Provincial de Trelew. Incluso, una de esas visitas se realizó en el horario que no está permitido.
Cuál es la prueba en contra de la jueza Suárez
El Superior Tribunal de Justicia comprobó que Suárez ingresó a visitar al preso el miércoles 29 de diciembre de 2021, un día después de la última condena en el juicio que ella misma presidió. También hizo lo propio el jueves 30 de diciembre del mismo año al Instituto Penitenciario Provincial de Trelew por casi tres horas con la finalidad de escribir un libro.
Las cámaras de la sala expusieron a la jueza. En las imágenes se los ve a Suárez y a Bustos abrazándose, tomándose fotos y besándose. En la segunda visita ambos se posicionaron en un punto ciego para que la filmación no los capte.
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