Las frases argentinas son una parte esencial de la cultura de nuestro país. Además de usarse en el día a día, son una muestra de nuestras raíces, de nuestros orígenes. ¿De dónde sale "de paso, cañazo" y cuál es su verdadero significado?
En nuestro país, hay muchas frases que se usan en el día a día y que son difíciles de traducir a otros idiomas. Una de estas es "de paso, cañazo", un modismo muy popular y de aplicación a un abanico de situaciones muy diferentes.
Frases argentinas: el origen de "de paso, cañazo"
Quien usa la expresión "de paso, cañazo", por lo general, se refiere a que alguien aprovechó una circunstancia para obtener un beneficio extra a expensas de otro. Por ejemplo: un vecino le pide azúcar a otro y, de paso, le pide yerba; un amigo visita a otro y, de paso, se queda a comer; una persona aclara una cuestión con otra y, de paso, le dice algo que tenía guardado hace un tiempo.
El término cañazo, con el que remata la frase, alude a los castigos en forma de golpes con una caña que
suelen aplicarse, en general pero no exclusivamente, a las bestias de tiro en zonas rurales. La caña, vegetal muy abundante en diversas zonas argentinas, también se usa para confeccionar picanas, si por ellas entendemos varas con aguijones en sus puntas, que asimismo son utilizadas para azuzar caballos, mulas, bueyes y otros animales en diversas tareas, tales como el acarreo de objetos o la apertura de surcos para el sembradío.
Otra teoría en torno a esta frase explica que el cañazo era una bebida alcohólica popular en Argentina. Se elaboraba a partir de caña de azúcar y era conocida por su alta graduación alcohólica. En ese contexto, es posible que la expresión "de paso, cañazo" se haya originado en la práctica de tomar un trago de cañazo rápidamente, como si fuera de un solo trago.