Hace unas semanas, la canciller Diana Mondino se reunía en Brasil con su par del Reino Unido, David Cameron, a quien le había expresado el "malestar por sus declaraciones y su visita a las Islas Malvinas" y le reiteró "los derechos de soberanía" de Argentina sobre el archipiélago. En el marco de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20, la libertaria tuiteó una foto junto al exprimer ministro británico: "Poniendo las cosas en su lugar".
En aquella oportunidad, los cancilleres se vieron las caras, después de que Cameron visite las Malvinas, islas ocupadas ilegalmente por Reino Unido con población implantada. La funcionaria del gobierno de Javier Milei informó que le manifestó su "malestar" y "reiteró la disposición de su país a resolver la disputa de conformidad con el mandato de la comunidad internacional". Pero a pesar de estas declaraciones formales y de las chicanas en redes, Londres continúa con su plan expansionista.
En las últimas horas, el Reino Unido decidió de forma unilateral extender su control sobre zonas marítimas de las Islas Malvinas, donde prohibieron la navegación y la pesca. Bajo el pretexto de la "protección marina en el océano Austral", suman 166 mil kilómetros cuadrados a los ya 283 mil sobre los que ya regía la exclusión, después de que en 2012 las autoridades británicas forzaron la creación de un Área Marítima Protegida (AMP).
Guillermo Carmona, exsecretario de Malvinas durante la gestión de Alberto Fernández, aseguró que "este tipo de decisiones son reprochables" porque "viola la prohibición de realización de actos unilaterales en la Cuestión Malvinas según la resolución 31/49 de la asamblea general". Además, "viola los compromisos del Reino Unido en el marco de la convención para la conservación de los recursos vivos marinos antárticos (CCRVMA), y pone en práctica la utilización de medidas supuestamente vinculadas a la conservación y protección del ambiente con finalidades geopolíticas", explicó a Página 12.
De esta forma, el gobierno de Londres continúa con sus políticas de provocación contra el Estado argentino y de expansión sobre el territorio soberano argentino. Con el argumento de la preservación marina, violan las normas internacionales ahondando el conflicto de Malvinas. Pese a esto, la cancillería encabezada por Mondino aún no publicó la carta de reclamo.
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