¿Te gustan las medialunas? Si naciste en Buenos Aires tenés que saber que naciste en el mejor lugar del mundo. Puesto que acá, se hacen algunas de las mejores del país.
En Diario Con Vos te vamos a contar dónde comer las mejores del país y hay para todos los gustos. Si te gustan saladas (de grasa) hay también un lugar donde podés refugiarte.
Ningún argentino debería conformarse con una medialuna mal hecha. Es un ícono nacional que merece respeto. Por ello, hemos elaborado una lista de lugares que rinden homenaje a este tesoro gastronómico argentino.
Dónde se pueden conseguir las mejores medialunas de Buenos Aires
1. Las legendarias medialunas de manteca de La Valiente
En esta pastelería dirigida por Germán Torres y Christian Petersen, las medialunas han alcanzado la categoría de leyenda. La clave está en los ingredientes de alta calidad y en el respeto por los métodos tradicionales de preparación.
El resultado son medialunas grandes, pero ligeras y aireadas, perfectas para acompañar un buen café con leche. Dirección: avenida Cabildo 4300, CABA.
2. Las exquisitas medialunas de grasa de Atelier Fuerza
Las medialunas de grasa, un clásico porteño, han encontrado su redentor en Francisco Seubert, quien las ha elevado a la cúspide de la panadería artesanal. En Atelier Fuerza, Seubert combina técnicas europeas con el mejor producto local, produciendo medialunas que son una verdadera obra de arte gastronómica. Dirección: Mansilla 3801, CABA.
3. Las innovadoras medialunas rellenas de Nuna
Nuna ha llevado las medialunas a un nuevo nivel al rellenarlas con una variedad de deliciosos sabores, como crema de avellanas, marroc, manzana o membrillo.
Cada una está cuidadosamente elaborada para garantizar una textura gordita y suculenta, un verdadero festín para los sentidos. Dirección: avenida del Libertador 2735, Vicente López, Bs As.
¿Cuál es la diferencia entra la medialuna y el croissant?
Para entender la esencia de las medialunas, primero debemos despejar un malentendido crucial: no son croissants. Aunque a menudo se confunden, estas dos delicias pertenecen a distintos mundos gastronómicos.
El croissant, cuyo nombre proviene del francés y significa "creciente", tiene sus raíces en Austria durante el siglo XVI, durante un período de asedio turco a Viena. Fue entonces cuando los panaderos, ante la escasez de alimentos, crearon este producto simple pero satisfactorio.
Con la llegada de diversas olas migratorias, las facturas desembarcaron en Argentina, donde se adaptaron y transformaron gracias a la abundancia de ingredientes de calidad y al espíritu culinario argentino. Así nacieron las medialunas, enriquecidas con huevo, azúcar y, por supuesto, manteca, en contraste con la receta original del croissant.
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