La situación con el suministro de gas se viene complicando hace al menos una semana y, en los últimos días, se agravó aún más. En este punto, se duplicó la cantidad de estaciones de servicio en el AMBA que no cuentan con Gas Natural Comprimido (GNC) dado que, en situaciones de escasez, la prioridad son los hogares. Mientras tanto, el Gobierno debió salir a comprar combustibles líquidos más caros.
La enorme dificultad para conseguir GNC en las estaciones de servicio afecta a las provincias de Río Negro, La Pampa, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y Tucumán, aunque recae con especial gravedad sobre la provincia y la ciudad de Buenos Aires. En esta área metropolitana, la cantidad de estaciones sin ese combustible se duplicó en los últimos días.
“Estamos a la espera de una respuesta. Al principio eran unas 100 las estaciones de servicio afectadas y hoy estamos en una cifra cercana a las 200. Dependemos de la entrada de los barcos para que se resuelva la situación”, explicaron desde el sector a TN.
Es que, con la ola de frío que se está expandiendo por el país y que en el AMBA se sentirá especialmente este fin de semana, creció el consumo de gas natural para calefaccionarse. A la vez, la política de abastecimiento de combustible establece que es prioritario garantizar el suministro a la demanda residencial y a los sectores considerados esenciales.
En ese contexto, se corta el suministro del hidrocarburo a los usuarios con contratos denominados “interrumpibles”, como los que tienen las estaciones de servicio y algunas industrias. Estos contratos consisten en que los establecimientos consiguen el gas a precios más baratos, pero con la condición de que se les podrá interrumpir el suministro apenas suba la demanda y haya escasez.
Así, frente a un mayo considerablemente más frío que el del año anterior, con temperaturas por debajo de lo normal, las distribuidoras activaron los cortes a los usuarios interrumpibles. La situación ya motivó, dos días atrás, una protesta de taxistas en La Plata, dado que por la falta de combustible muchos de ellos se ven impedidos para trabajar.
No habiendo previsto el frío que llegaba, el Gobierno debió salir esta semana a licitar y comprar combustibles líquidos como el gasoil y el fueoil, para proveer con ellos a las generadoras eléctricas y que estas, en consecuencia, dejen de usar el gas que vienen utilizando hasta ahora. Así, habría más de ese combustible para los sectores en los que hoy escasea.
El precio de esa importación será, por supuesto, en dólares, y mucho más caro de lo que vale el combustible nacional. El Tesoro afrontará su costo en pesos con subsidios. En este marco, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) convocó a una licitación y este jueves recibió ofertas por 12 cargamentos de gasoil y fueoil, por costos que rondaron los 600 millones de dólares.
En tanto, un documento del sector hidrocarburífero citado por Clarín atribuye la situación, en parte, a las demoras en la construcción de las plantas compresoras Tratayén, Salliqueló y Mercedes del Gasoducto Néstor Kirchner. La habilitación se espera para entre junio y agosto, 9 meses más tarde de la fecha prevista originalmente. Como consecuencia, señala el texto, hay un faltante de unos 10 millones de m3 diarios de gas en el centro del país.
“El sistema tiene reglas para cuando no se puede atender a todos los clientes y esas reglas le dan prioridad al consumo residencial, que es el que en estos momentos se ha disparado”, explicó, por su parte, Patricio Delfino, titular de la Cámara de Expendedores de Combustibles de Mar del Plata, citado por El Destape.