La Confederación General del Trabajo (CGT) parece estar dividida por la discusión en el Senado sobre la Ley Bases de Milei. Luego del paro general del 9 de mayo, las internas escalaron entre los líderes dialoguistas y los más confrontativos con el Gobierno, lo que desembocó en que este miércoles la CGT no marchará unida.
Según trascendió, las internas van en aumento por la decisión de la cúpula sindical de no respaldar oficialmente la movilización al Congreso contra la Ley Bases, lo que habilita a cada sindicato a decidir si participa o no en la protesta. Esto no le gustó nada a Pablo Moyano, que criticó fuertemente la decisión y trabajó para asegurarse de que la mayoría de los sindicatos se unan a la manifestación.
Héctor Daer, por ejemplo, tuvo que volver antes de lo planeado desde Ginebra, donde estaba participando en una reunión sindical que criticaba las políticas económicas liberales, y de una parada en Madrid para apoyar a Pedro Sánchez en las elecciones europeas.
Al volver a Buenos Aires, comenzó a dialogar con otros líderes para calmar las internas y evitar conflictos innecesarios en este momento crítico. "Hay que hacer un esfuerzo por tranquilizar las aguas, no es momento para peleas sin sentido", dijeron a Clarín cerca del referente de Sanidad.
En tanto Hugo Moyano, tiene una postura moderada hacia la gestión de Milei y prioriza la unidad de la CGT. El segundo al mando de Camioneros se distanció del resto de la cúpula gremial y convocó a dos reuniones preparativas para la protesta: una el lunes y otra el viernes con sindicalistas y dirigentes políticos. Desde allí, lanzó una fuerte advertencia a los senadores: "O se vuelven héroes o traidores". También negó que Cristina Kirchner lo haya llamado para movilizar.