El avión presidencial argentino hizo su último viaje del mes hasta Bari, para trasladar a Milei a la cumbre del G7. Esto tiene que ver con que debe someterse a una inspección general que está prevista desde fines del año pasado. El trabajo vale cerca de 3 millones de dólares y para poder realizarlo, la nave deberá estar frenada dos meses.
Según el portal de noticias Infobae, la denominada inspección "C" viene siendo pospuesta desde marzo. De hecho, cerca del final de la gestión de Alberto Fernández -en la semana previa al finar, ya con la renuncia de la mayoría de los funcionarios sobre la mesa- la licitación para que se realizara este trabajo terminó en una causa penal.
Esa denuncia se radicó en el juzgado de Ariel Lijo y solicitaba investigar si existieron negociaciones incompatibles con la función pública -delito previsto en el artículo 256 del Código Penal-. En concreto, apuntaban contra la Dirección General de Logística, a cargo de la Secretaría General de la Presidencia. En su momento, desde la Rosada habían argumentaron que “se iba a otorgar una prórroga” y que “la intención fue dejar los papeles ordenados” para la nueva gestión.
Con la llegada de Milei, el problema no se solucionó y se prorrogó 90 días más, plazo que vence antes de fin de mes. “El certificado de aeronavegabilidad dura tres años, pero el fabricante otorgó una prórroga de tres meses. Vencido ese plazo el avión no puede volar y hay que pedir un vuelo ferry para llevarlo hasta el taller donde se realice la inspección”, dijo un experto.
Hay una nueva licitación en curso y el taller aún no se definió. Esta vez, se optó por una licitación reducida solo para hacer la inspección general. Deja afuera un nuevo sistema de internet del avión, un punto que sí figuraba en el proyecto anterior. “Hay al menos tres ofertas de talleres estadounidenses y uno mexicano que se llama Servicios Aéreos Quintana”, dijo alguien ligado al trámite.
Una vez que se proceda a la inspección, el avión presidencial deberá quedar inoperativo por al menos dos meses. “Hay que revisar todos los componentes del avión, eléctricos, hidráulicos, y hasta los motores. Siempre que se revisa un avión, aparecen extras y va aumentando el valor de la inspección”, explicó un experto.
El avión presidencial es un Boeing 757-256 comprado en diciembre de 2022 que recién arribó al país en mayo del año pasado. Durante 2023, tanto el expresidente Alberto Fernández como el exministro de Economía Sergio Massa lo utilizaron varias veces. El ARG 01 costó 21 millones 730 mil dólares más el viejo Tango 01, que partió la semana rumbo a Estados Unidos.
La nave presidencial tiene capacidad para 39 pasajeros, cuenta con una habitación principal con todas las comodidades y dos cuartos de visita que se pueden convertir en salas de reuniones. Otro aspecto a destacar es que, a diferencia del Tango 01, puede hacer un vuelo directo hasta Estados Unidos o Europa, sin necesidad de hacer escalas.