El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un documento que desató una fuerte polémica con el Gobierno, en el contexto de la aprobación de la octava revisión del acuerdo que destrabó un desembolso de US$800 millones.
Se trata de un extenso informe que es crítico de la administración de Javier Milei. De hecho, pronostica un aumento de la recesión y un piso inflacionario para los próximos meses del 4%, en sintonía con el análisis de otros economistas y consultoras privadas.
En concreto, el FMI estimó que la inflación del 2024 finalizará con un 140% anual (diez puntos menos que su anterior pronóstico) y que el Producto Bruto Interno (PBI) caerá un 3,5% (0,75% más que su proyección previa).
En este sentido el FMI reclama un mayor ajuste, y una política cambiaria coherente. En lo primero el Gobierno no tiene problema, pero lo último sí provocó un conflicto. El FMI afirmó que a fines de este mes el Gobierno tiene que modificar el régimen cambiario, de acuerdo a lo pactado con el ministro Luis Caputo.
El FMI espera que el Gobierno eleve una hoja de ruta para levantar gradualmente los controles cambiarios y, a fines de octubre, un plan para una reforma impositiva integral. También anticipó que el Poder Ejecutivo debería dar por terminado a fin de mes el esquema diferencial de exportación dólar blend (80% al tipo de cambio oficial y 20% al contado con liquidación) y sugirió que el dólar debería moverse a un ritmo más rápido que el 2% mensual que hace algunos días ratificó Caputo.
Así, es la segunda vez en una semana que el Ministerio de Economía tiene que salir a aclarar que, más allá de este compromiso con el Fondo, el gobierno no va a devaluar. El informe del organismo generó mucho ruido sobre la política económica, pero el gobierno asegura que no habrá modificaciones en el régimen cambiario.