Las siete notas musicales (Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si) son un conocimiento básico en la educación musical y lo primero que se aprende al tocar instrumentos o cantar. Sin embargo, la razón por la cual se llaman así no es tan popular. ¿Cuál es?
En el ámbito de la notación musical, las notas musicales se utilizan para representar la altura y la duración relativa de un sonido. Pero el nombre que se le dio a cada una de ellas no es azaroso, sino que tiene detrás una historia que se remonta a la Edad Media. ¿De qué se trata?
El verdadero origen de las notas musicales
En la Edad Media, las notas musicales se denominaban por medio de las primeras letras del alfabeto: A, B, C, D, E, F, G. La A correspondía a La, como sigue siendo en la actualidad, de acuerdo al cifrado musical inglés.
El nombre que conocemos ahora de las notas fue idea del monje benedictino y teórico musical italiano Guido D'Arezzo (que vivió en el siglo XI y fue uno de los principales figuras de la música en la Edad Media).
Como parte de su método de enseñanza de canto, D'Arezzo utilizó la primera sílaba de cada verso del himno a San Juan Bautista, conocido como Ut queant laxis, ya que este tenía la particularidad de arrancar cada nuevo verso con una nota superior a la anterior.
Esta es la traducción de los versos que se usaron:
Ut queant laxis: Para que puedan (UT fue reemplazada por Do porque facilitaba el solfeo)
Resonare fibris: Con toda su voz
Mira gestorum: Cantar tus maravillosas
Famuli tuorum: Hazañas estos tus siervos,
Solve polluti: Deshaz el reato de
Labii reatum: Nuestros manchados labios,
Sancte Ioannes: ¡Oh, bendito San Juan! (Esta posteriormente se convirtió en SI por sus iniciales)