The Economist advirtió que el plan de Javier Milei de dolarizar la economía podría impactar de manera negativa sobre la actividad del país. Para afirmar esto, se basó en las experiencias poco felices de Ecuador, Panamá y El Salvador. Estos países que utilizan dólares estadounidenses en su economía sufren caídas en sus exportaciones y pierden mercados contra competidores que tienen una moneda propia.
Según este medio especializado británico, la situación que enfrentan estos tres países que dolarizaron su economía "deberían hacer reflexionar a Javier Milei, el presidente de Argentina, quien hizo campaña para adoptar el dólar y cerrar el banco central”. Además, el semanario sostiene que el mandatario argentino "podría argumentar que al eliminar el déficit fiscal y eliminar los controles, está haciendo que la economía argentina sea lo suficientemente flexible como para beneficiarse de la dolarización. Y es cierto que América Latina ha abusado de la depreciación de sus monedas para encubrir fallas en sus políticas. Pero la experiencia muestra que, lejos de ser una panacea, dolarizar puede crear un castigo para uno mismo”.
Ecuador, Panamá y El Salvador se enfrentan a significativos desafíos tras adoptar la moneda estadounidense como oficial. Uno de ellos es la baja en la competencia de comercio internacional. Ecuador, por ejemplo, era uno de los principales exportadores de rosas del mundo, pero con la adopción del dólar su competitividad se vio desfavorable en comparación con otros países como Colombia, Etiopía y Kenia. El informe explica: “Después de su colapso monetario en el 2000, Ecuador adoptó el dólar estadounidense. Con el dólar ahora fuerte, las rosas de Ecuador están perdiendo terreno en los mercados mundiales”.
Además, estos tres países enfrentaron otros problemas internos. En Ecuador la violencia escaló considerablemente con la lucha de las pandillas, desestabilizando aún más la economía. En Panamá, cerró una mina de cobre que dio como resultado un recorte significativo de su PBI. Y en El Salvador, las políticas económicas impredecibles del presidente Nayib Bukele ahuyentan a los inversores. Como consecuencia, el crecimiento económico proyectado de estos tres países se encuentra por debajo del promedio de América Latina.
Dolarizar implica renunciar a la política monetaria independiente del país y también la capacidad de devaluar la moneda para responder a choques externos. Según The Economist, “adoptar el dólar significa renunciar a una política monetaria independiente y la opción de responder a choques externos mediante la devaluación de la moneda”. Los bancos centrales de estos países, si bien existen, no controlan la oferta monetaria ni establecen las tasas de interés, lo que limita su capacidad para manejar las crisis económicas internas.
“La dolarización fomenta una mayor integración económica con el resto del mundo porque reduce los costos de transacción involucrados en el comercio. Pero si los bienes y servicios no son competitivos, será más difícil aprovechar al máximo las oportunidades potenciales”, dice el artículo.
Por último, el estudio destaca la importancia de mantener una política fiscal estricta en países dolariados porque no pueden imprimir billetes para cubrir déficits de presupuesto. En ese sentido, los tres países registraron déficits importantes, con una deuda pública que sigue aumentando de forma preocupante. Para el medio especializado, “la política fiscal estricta se vuelve especialmente importante, porque los países no pueden imprimir dinero para cubrir sus déficits presupuestarios”.