Con el último censo de la pobreza en la Ciudad de Buenos Aires se conoció otro dato preocupante: la clase media porteña, que históricamente fue el sector mayoritario de la población que residía en la Ciudad, es achicó drásticamente y ahora los sectores en situación de vulnerabilidad representan la mayoría de sus habitantes.
Según el informe semestral del Instituto de Estadística y Censos porteño, en los primeros seis meses del 2024 la clase media (es decir, el 38,5% de los porteños) cayó 16 puntos porcentuales respecto del período con el mejor registro, que corresponde al segundo semestre de 2017, cuando el porcentaje de personas de clase media en la Ciudad de Buenos Aires alcanzó el 54,6%.
Este dato preocupante también fue confirmado por el titular del Instituto de Estadística y Censos porteño, José Donati, que infirmó que hoy, "si se suman los porcentajes de los pobres y de los sectores medios vulnerables o frágiles, se llega a 56,2% de los porteños". Es decir, más de la mitad de los porteños es pobre o indigente, específicamente 1.730.000 personas.

A este respecto, puntualizó que la suma de la clase media es de 1.200.000 de personas. La pobreza, en los primeros meses de gestión de Jorge Macri, creció un 5,6% y llegó a representar el 33,6% de los habitantes. Las personas indigentes que residen en la Ciudad de Buenos Aires son 444.000 y la estadística mostró que esta tasa también creció estrepitosamente: creció un 3,2% y se fue del 11,2% al 14,4% en seis meses.
El punto más importante de referencia es el año 2015, cuando se estableció la serie estadística, porque la clase media llegaba al 53%. En el segundo semestre de 2017 subió al 54,6%, pero a partir de ahí se derrumbó.
En el gobierno nacional de Mauricio Macri cayó al 48,2%; volvió a caer al 43,7% en la segunda mitad de 2023, bajo la gestión de Alberto Fernández y volvió a bajar al 38,5% en los primeros 6 meses de la gestión de Milei.
Algunos de los factores que hicieron posible la disminución de la clase media durante los primeros meses de Milei fueron la inflación, la caída de los ingresos, la suba del desempleo y el crecimiento de la informalidad laboral.
Esta brecha se ve en la disposición espacial: las personas de altos ingresos, con los años, eligieron migrar a barrios cerrados, en especial hacia la zona norte del conurbano, y en la Ciudad de Buenos Aires crecieron los barrios de emergencia o los asentamientos urbanos.