Entre todas las achuras que existen, los chinchulines están en el podio de los preferidos por los argentinos. Su higiene y cocción es sumamente delicada, por lo que aquí van algunos consejos para hacerlos sin que te queden gomosos o muy duros.
Los chinchulines son los intestinos delgados de la vaca, por lo que tienen que estar bien limpios para poder comerlos. A su vez, son bien finitos, por lo que pasarse con la cocción hace que queden incomibles.
A diferencia de otros cortes o achuras, los chinchulines tienen que ir sí o sí acompañados con limón por la cantidad de grasa que tienen. Cuáles son los consejos iniciales a la hora de hacerlos a la parrilla.

Lo primero que hay que evaluar es cómo y dónde los compramos. Fijate que los chinchulines estén frescos y sin feo olor. Ademas, su color debe ser claro, sin partes oscuras. Luego, hay que lavarlos bien con agua tibia y enjuagar. Si ves que tienen demasiada grasa, se le puede sacar con un cuchillo. De todas formas, tené en cuenta que es una achura bastante grasosa.
Asado: esta es la receta para hacer los chinchulines a la parrilla
- Marinar los chinchulines en una fuente con una mezcla de jugo de limón, pimienta negra y ajo por media hora.
- Calentar la parrilla a fuego medio.
- Retirar y cortar en semicírculos, si es necesario.
- Verificar que la parrilla tenga una buena temperatura y que la misma sea constante. Para comprobar, hay que pasar la mano por encima y tiene que quemar recién a los siete segundos.
- Colocar los chinchulines en la parrilla. Salar y echar buena cantidad de jugo de limón.
- Dejar cocinar, sin tocarlos ni moverlos, por 30 minutos.
- Darlos vuelta y dejarlos media hora más.
- Ponerle jugo de limón de manera regular.
- Sacarlos de la parrilla y llevarlos a una tabla. Ponerles más jugo de limón y acompañarlos con chimichurri o salsa criolla.
