En una audiencia privada en el Vaticano, el papa Francisco recibió a la vicepresidenta Victoria Villarruel. El encuentro, que duró casi una hora -algo que no es habitual- se dio en un marco de cordialidad y respeto que contrasta un poco con las recientes críticas del Sumo Pontífice a la gestión de Javier Milei.
Cuando se presentaron, Villarruel le preguntó cómo estaba, a lo que el Papa respondió con un chiste tras haber intercambiado un beso y una estrechada de manos. "Todavía vivo", dijo Bergoglio, a lo que sumó con tono cómplice: "Y usted, ¿sobrevive?”.
Villarruel, a su vez, contestó con otro comentario al decirle “me da alegría verlo parado”, aprovechando que el Papa cuando saluda se apoya en un bastón sin recurrir a la silla de ruedas que suele utilizar por una vieja dolencia en la rodilla derecha.
La buena onda entre el Papa y Villarruel se repitió en la despedida. Francisco le pidió: “Adelante, a no aflojar y no perder el sentido del humor”. Y la vice le respondió: “Rezo por usted, pero usted rece por mi”, y se alejó saludándolo con la mano.
La vicepresidenta, que acudió a su primer encuentro con el pontífice vestida íntegramente de negro y con una mantilla de encaje, fue recibida por el papa Francisco en la biblioteca del apartamento pontificio en la Segunda Logia, donde se celebran las audiencias. Villarruel a es una católica tradicionalista y ya conocía a Bergoglio de cuando era Arzobispo de Buenos Aires, y luego lo había visto una vez en 2014.
El gesto político se produjo en medio de la interna de Villarruel con Milei y luego de que el Papa lanzara críticas al Gobierno desde un simposio de movimientos populares en el Vaticano, que contó con la participación del dirigente social y político Juan Grabois. Tras el encuentro, la vice publicó un video en sus redes: "Audiencia con el Santo Padre, hoy en la ciudad del Vaticano. ¡Gracias Santo Padre por sus palabras, consejos y por tener siempre presente a nuestra amada Argentina!".