El gobierno de Javier Milei tuvo en octubre su mejor mes desde que asumió en el hoy ya lejano diciembre de 2023. Para la administración libertaria son varios los triunfos que los llevan a estar tan exultantes. La principal variable económica que le ha permitido al gobierno llegar a este veranito es nada más y nada menos que el blanque de capitales que comenzó en septiembre de este año y que el viernes pasado llegó a su fin en su primera etapa. Este instrumento de política económica que le permitió al estrato más alto de la sociedad argentina realizar un blanqueo de activos en pesos, dólares, euros y criptomonedas se tradujo en 20 mil millones de dólares.
Esta suma incrementó las reservas del banco central y le permitió a la entidad monetaria poder intervenir en el mercado de cambio. El resultado está a la vista y es el siguiente: el tipo de cambio se mantiene alrededor de los mil cien pesos. Tanto el dólar blue como los financieros mostraron bajas con respecto a semanas anteriores. El dólar paralelo mostró una baja del 5% en el último mes, y la brecha entre este y el blue está hoy en el orden del 13%.
Por otro lado, el riesgo país que sigue en baja, cerró la jornada del viernes con 850 puntos. Lejos quedó el techo a romper que eran los 1.000 puntos.
Hasta acá los logros del gobierno que le permiten al presidente Javier Milei vanagloriase ante las plateas amigas que le rinden pleitesía, los mismos para los que gobierna.
El gobierno se querrá anotar otro triunfo cuando mañana se conozca el dato de inflación del mes de octubre. Las consultoras estiman que el número rondará entre el 2,3 y el 3%. Esto marcará un descenso con respecto a septiembre y la continuación de la caída de la inflación, que a todas luces es el punto más fuerte de la administración libertaria.

Con este cuadro de situación volvió a nuestro país la timba financiera. En estas tierras todo está dado a merced de la especulación. Con el carry trade a la orden del día. Los grandes capitales están a sus anchas para especular y pasarse del dólar al peso y salir cuando lo crean conveniente para volver a los activos en moneda extranjera.
Esta burbuja en la que está inserto el gobierno y que le permite sacar pecho a un Milei exultante con el triunfo de Donald Trump tiene como contrapartida la situación social de la mayoría de la población.
La contra cara del modelo de especulación financiera de Milei tiene varios datos que perjudican a la mayoría de la población. Según el SIPA (Sistema integrado previsional argentino) en agosto y septiembre los salarios efectivos de los privados registrados cayeron, situándose 3 puntos debajo de noviembre 2023.
También los comercios se ven muy perjudicados por la política económica del gobierno más allá de repunte en el consumo del mes de octubre en su variación interanual que publicó CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa).

Al mes de agosto según el INDEC la actividad económica había caído un 3,8% respecto del mismo mes del año anterior. Según los datos del SIPA, publicados recientemente por la Secretaría de Trabajo, la remuneración promedio de las personas con empleo asalariado registrado en el sector privado presentaron una caída del 2,6% mensual en agosto, si se tiene en cuenta la inflación del período. De este modo, respecto de noviembre de 2023, previo a la asunción de Javier Milei como presidente, dicha remuneración perdió un 2,1% real.
Asimismo, los salarios se encuentran un 7,8% por debajo del máximo anotado por la gestión de Alberto Fernández (julio de 2023), un 15,7% detrás del máximo de Mauricio Macri (agosto de 2017) y a un 20,1% del récord de Cristina Fernández (septiembre de 2015). Este deterioro lleva a que el nivel actual de los sueldos sea uno de los más bajos de los últimos 20 años.
Como corolario de esta situación la opinión de los trabajadores es contundente. Dicen tener noción de la baja de inflación, sin embargo, esa merma en el número estadístico no se percibe en una mejora real. A propósito, en los focus groups que organizó la consultora Shila Vilker con votantes de Milei, las respuestas fueron contundentes. “La inflación bajó, pero los precios no”, dijo uno de ellos. “Los precios suben más que la inflación”, refrendó otro, como si estuvieran disociados.

La pregunta es: ¿Hasta cuándo puede sostener Milei la credibilidad en su plan económico cuando las ganancias siguen siendo para los que más tiene y las pérdidas para los que menos? Por ahora no hay derrame.