La Policía Federal (PF) de Brasil detuvo este martes a cuatro militares por su supuesta implicación en un plan para asesinar al entonces presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva en 2022. Los detenidos están siendo investigados por organizar un golpe de Estado para impedir la asunción de Lula. El plan también incluía el homicidio de Lula mediante un envenenamiento con un agente químico.
Según la Policía Federal, la organización criminal tenía como objetivo la muerte de Lula, así como la creación de un golpe de Estado que desestabilizara el proceso electoral. La investigación reveló que los conspiradores planeaban ejecutar el asesinato con un agente químico capaz de causar un colapso orgánico en la víctima.
La PF informó que el grupo de militares había discutido los planes de homicidio en una reunión en noviembre de 2022, bajo la dirección del general Walter Braga Netto, exministro de Defensa y colaborador cercano de Bolsonaro. Uno de los primeros detalles divulgados sobre las detenciones indicaba que los militares habían sido arrestados mientras participan de la misión de seguridad del G20 pero el Ejército desmintió el comunicado.

La operación de detención se produce casi una semana después de un intento de ataque a la Corte Suprema de Justicia de Brasil, que resultó en la muerte de un exconcejal bolsonarista que intentó arrojar explosivos frente al edificio.
El plan de asesinato, conocido como “Puñal Verde y Amarillo”, estaba previsto para el 15 de diciembre de 2022, y también contemplaba el asesinato del vicepresidente electo, Geraldo Alckmin. Según las investigaciones, la reunión clave para el desarrollo del proyecto se llevó a cabo en la casa del general Braga Netto, quien en ese momento era un influyente colaborador de Bolsonaro. A través de los documentos obtenidos por la Policía, se determinó que Mauro Cid, un estrecho colaborador de Bolsonaro, probablemente estaba al tanto de la conspiración.
Los detenidos son el general de brigada de reserva Mário Fernandes, el teniente coronel Helio Ferreira Lima, el teniente coronel Rodrigo Bezerra Azevedo, el teniente coronel Rafael Martins de Oliveira y el policía federal Wladimir Matos Soares. Los cuatro forman parte de las fuerzas especiales del Ejército brasileño, conocidos como “kids pretos”. Los sospechosos enfrentan cargos graves, como la abolición violenta del Estado de derecho, intento de golpe de Estado y asociación criminal.