Tras el advenimiento de las altas temperaturas y un diciembre totalmente deficitario en lluvias, los cultivos gruesos, como la soja, el maíz y el girasol, comienzan a sentir las consecuencias.
Si bien todavía no es para alarmarse, lo cierto es que la condición hídrica de los suelos empiezan a flaquear. Dicho en otras palabras, el agua disponible para los cultivos comienzan un proceso de escasez en algunas zonas claves del campo argentino.
En este sentido, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) informó hoy que la condición hídrica adecuada a óptima cayó 7 puntos porcentuales (pp) en el caso de la soja, 6,8 pp en el maíz y 2,3 pp en el girasol en tan solo una semana.

Esto se da cuando la siembra de soja ingresa en su etapa final, con el 92,7% de las 18,4 millones de hectáreas estipuladas para el cultivo ya implantadas, mientras que en maíz el progreso es del 87,4% de las 6,6 millones de hectáreas.
No obstante, en este último caso "las precipitaciones registradas en Córdoba y el sur de Buenos Aires han mejorado las perspectivas para el maíz tardío, lo que permitirá concluir los planes de siembra en esas regiones", mencionó la BCBA.
Pero más allá de esta situación de ausencia de precipitaciones y pronósticos poco alentadores para los próximas días en este sentido, hay que decir que los porcentajes del cultivo con buena disponibilidad de agua es elevada, llegando al 81% en la soja y al 81,5% en el maíz.
En cuanto al girasol, la falta de lluvias, las altas temperaturas y la elevada demanda del cultivo han disminuido "considerablemente las reservas del perfil". Hoy el 62,4 % del área presenta condición hídrica Adecuada/Óptima.
Cosecha de trigo
El cultivo que ya no se tiene que preocupar por las lluvias es el trigo. Su cosecha cubre a la fecha el 94,7 % del área apta y entra en su etapa final.

Previo a las lluvias de los últimos días en el sudeste bonaerense, se relevó un progreso intersemanal de 6,2 p.p. de las labores, con rindes en el sur del área agrícola que "continúan reflejando la gran variabilidad entre las regiones, con un rango de entre 25 y 47 quintales por hectárea (qq/ha), llevando el promedio nacional a 30,3 qq/ha".
"Tal como se mencionó en nuestro informe previo, las zonas donde se encuentra el área remanente tienen un alto impacto en el volumen final de producción, por lo tanto, este número quedará ligado a los resultados obtenidos hacia el cierre de la campaña", adelantó la BCBA, teniendo en cuenta que hasta hoy se espera una producción de 18,6 millones de toneladas.