Jon Maravilla, un joven patinador estadounidense de 20 años, estuvo a punto de subirse al avión que terminó en tragedia. Sin embargo, un inesperado inconveniente con su perro le impidió tomar ese vuelo y lo obligó a volver en auto.
Maravilla había viajado a Kansas para competir en un torneo de patinaje sobre hielo en Wichita junto a su equipo. Tras la competencia, muchos de sus compañeros debían volar a Washington esa noche, mientras que él tenía programado un vuelo con destino a Detroit, en el que también iba a llevar a su mascota.
Todo se complicó cuando llegó al aeropuerto. Mientras sus compañeros hacían el check-in sin problemas, él fue frenado por la aerolínea: no podía subir con su perro. "Era nuestro vuelo de regreso, no entendía por qué de repente ya no era posible traer a mi perro", contó a la agencia Ria Novosti. Ante la negativa, no tuvo otra opción que salir del aeropuerto y volver en auto.

Horas después, la noticia golpeó con fuerza: el vuelo 5342 de American Airlines, en el que viajaban varios de sus compañeros, había chocado con un helicóptero militar cuando se acercaba al Aeropuerto Nacional Reagan en Washington. El avión cayó en el río Potomac, dejando un saldo de más de 60 muertos y ningún sobreviviente. Entre los pasajeros se encontraban otros equipos de patinaje y reconocidos campeones rusos, Evgenia Shishkova y Vadim Naumov.
El impacto de la tragedia fue inmediato y las redes se llenaron de especulaciones. Se dijo que Maravilla había perdido ese vuelo y que su perro le había salvado la vida. Pero él mismo salió a aclarar la situación: "Eso es falso. Yo iba a volar a Detroit, no se suponía que estuviera en el vuelo a DC", escribió en sus redes sociales. A pesar de ello, no ocultó su tristeza: "Tengo el corazón destruido. No lo puedo creer. Rezo por todos los involucrados".