Dando continuidad al intercambio de rehenes israelíes y palestinos, este sábado serán liberados tres hombres procedentes de Israel entre los que se encuentra el argentino Yarden Bibas, padre del rehén más joven (apenas nueve meses) secuestrado por Hamas el 7 de octubre pasado. Sus dos hijos y su esposa murieron, presuntamente, al cabo de un bombardeo israelí.
En la víspera del cuarto intercambio de rehenes y prisioneros entre Hamas e Israel, la agrupación palestina dio a conocer los nombres de los tres cautivos que liberará este sábado. Entre ellos se encuentra el argentino de 35 años Yarden Bibas, quien había sido secuestrado junto a su esposa, Shiri, y sus dos hijos: Kfir, de nueve meses, y Ariel, de cinco años.
Aunque a fines de noviembre de 2023 se produjo una tregua temporal y fueron liberadas varias mujeres y niños, Shiri y los pequeños no fueron puestos en libertad. Posteriormente, Hamas informó que los tres habían muerto producto de un bombardeo israelí, dato que el gobierno de Benajmín Netanyahu no confirmó. Sin embargo, Israel no volvió a pronunciarse sobre los fallecimientos ni proporcionó información que pruebe otra causa.

Los otros dos rehenes son Ofer Kalderon, de 54 años, y Keith Siegel, un estadounidense-israelí de 65. Los hijos del primero, también rehenes, fueron liberados bastante tiempo atrás, al igual que la esposa del segundo, precisó el medio CNN.
Por su parte, Israel liberará a nueve prisioneros palestinos que tenían condena perpetua a cambio de los tres rehenes, así como a 81 personas sobre las que pesaban largas penas, conforme detalló la cadena Al Jazeera.
Mientras tanto, se abrirá el cruce de Rafah, un paso vital para la entrada de ayuda humanitaria a Gaza que volverá a estar habilitado por primera vez desde una ofensiva terrestre israelí ocurrida en mayo del año pasado. De este modo, 50 pacientes palestinos serán evacuados por esa vía para recibir atención médica.

A la vez, 7.926 camiones con suministros entraron a la franja, aunque los lugareños aseguran que los alimentos e insumos médicos proporcionados son altamente menores a los necesarios. Tampoco ingresaron, hasta el momento, máquinas ni equipos pesados para retirar escombros y buscar cadáveres, así como tampoco recibieron materiales de construcción para rearmar la ciudad, que quedó destruida casi en su totalidad.