La baja temporal de retenciones a los granos siguen dando que dar, con nuevas proyecciones de lo que esto puede significar para el campo. Es por eso que representantes del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) se reunieron hoy con funcionarios del Gobierno para saber los pormenores de la medida y les dejaron un número más que sabroso al Ejecutivo.
Según estimaciones de la entidad, que agrupa a más de 50 cámaras del sector agroindustrial, con la medida las exportaciones podrían trepar hasta los US$ 47.954 millones, lo que implica unos US$ 1.738 millones más que las previsiones anteriores a la baja de derechos de exportación.
Este incremento en el ingreso de divisas llegaría de la mano de una mayor comercialización de granos y, por ende, un crecimiento en el número de negocios de exportación. Así, estiman que lograrían embarcar un total de 98,1 millones de toneladas, un 11% más que el año pasado.

"Este aumento responde principalmente a la comercialización de stocks acumulados, con ventas adicionales concentradas en el primer y segundo trimestre del año", explicaron desde el CAA.
Así, en la reunión en la que participaron el titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), Juan Pazo, el Subsecretario de Coordinación de Producción, Santiago Migone y el Subsecretario de Mercados de la Secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca, Agustin Tejeda, los representantes del sector productivo apoyaron la baja de retenciones, aunque sostuvieron que una profundización en este proceso por parte del Gobierno "enviaría una señal clave de confianza al sector, generando mejores condiciones para la planificación productiva y la adopción de tecnologías".
"Esto permitiría un incremento de entre 4 y 7 millones de toneladas adicionales, impulsando tanto la producción como el procesamiento interno. Como resultado, las exportaciones podrían crecer entre US$ 1.500 y US$ 2.400 millones, con la creación de aproximadamente 60.000 puestos de trabajo", afirmaron.
"Ajustar requisitos" para la baja de retenciones
Pero otro de los pedidos que realizaron desde el CAA a los funcionarios nacionales fue la necesidad de "ajustar los requisitos de elegibilidad de los beneficios de baja de derechos para productos del complejo-cerealero oleaginoso bajo Ley 21.453 dado que son de difícil cumplimiento para empresas nacionales con bajo acceso al financiamiento internacional".
Este es un reclamo sobre todo del sector exportador pyme, ya que el decreto que establece la baja de retenciones a los granos pone como condición para acceder a ese "beneficio" liquidar el 95% de las divisas correpondientes al negocio de exportación 15 días posteriores a la presentación de la Declaración Jurada de Venta al Exterior (DJVE) y pagar las retenciones a los 5 días. Básicamente, esto obliga a los exportadores a prefinanciarse para ingresar los dólares, lo cual solo es posible para un puñado de grandes empresas.

Por otro lado, el CAA solicitó incluir en este programa de baja de derechos, a los productos derivados bovinos, aviares, nutrición animal y de la pesca. Este último fue uno de los sectores que más criticó haber quedado fuera de la baja de retenciones, acusando que la actividad se encuentra en una situación de quebranto.
Por último, el presidente del CAA, José Martins, consideró que “la reunión fue muy positiva, en un marco de entendimiento del esfuerzo del Gobierno en lograr superávit fiscal y normalizar la macroeconomía. El desafío es seguir trabajando en baja de derechos de exportación que cubran todo el universo de la agroindustria con mecanismos de aplicación simples, que no generen dificultades para las empresas exportadoras”.
Acompañaron a Martins, Gustavo Idígoras, tesorero del CAA y presidente de Ciara-CEC; Diego Cifarelli, presidente de FAIM; Fernado Rivara, presidente de Acopiadores; y Joaquín de Grazia, representante del sector avícola.