En verano y frente a una ola de calor, muchos se preguntan qué es mejor para dormir: usar aire acondicionado o ventilador. Cada opción tiene sus pros y contras según la temperatura, humedad y el bienestar de cada persona.
En ambos casos, se recomienda activar las opciones de movimiento para que el flujo del aire enfriado no apunte directa y sostenidamente a un mismo lugar durante toda la noche.
En el aire acondicionado, esto se logra con el modo Swing que activa el movimiento de lamas.

Qué es mejor durante la ola de calor
El aire acondicionado refresca más rápido y permite mantener una temperatura estable, pero puede resecar el ambiente, sobre todo si está en el modo Dry (simbolizado por una gota de agua) y generar problemas respiratorios.
También se recomienda utilizar el modo Sleep, una función especial que ajusta de manera automática la configuración del aire acondicionado para proporcionar un ambiente más cómodo durante las horas de sueño. Este modo optimiza la temperatura, el consumo energético y el nivel de ruido, adaptándose a las necesidades específicas del descanso nocturno.
El ventilador, en cambio, consume menos energía y mantiene la circulación del aire sin cambios bruscos de temperatura, aunque en días de mucho calor puede ser insuficiente.
De cualquier forma, se recomienda mantenerlo a una distancia prudente de la cama y que no apunte directamente sobre la cara de la persona dormida, pues puede producir sequedad en los conductos nasales y problemas respiratorios como sinusitis o asma.

Aire acondicionado: Enfría rápido, mantiene la temperatura, pero puede causar sequedad y mayor consumo eléctrico.
Ventilador: Más económico, no reseca el ambiente, pero menos efectivo en calor extremo.
En relación a la temperatura, la orientación general es preferir el ventilador si el calor es moderado, ya que en la mayoría de los casos es una opción más saludable, mientras que si las temperaturas son muy altas, como sucede durante una ola de calor, el aire acondicionado es más efectivo.