Jair Bolsonaro fue imputado por la fiscalía de Brasil por intentar llevar a cabo un golpe de Estado para quedarse en el poder después de perder las elecciones en 2022. En este sentido, según la acusación el plan incluía envenenar al actual mandatario, Lula da Silva, y asesinar a tiros a un juez del Supremo Tribunal Federal.
La denuncia la presentó el fiscal general de Brasil, Paulo Gonet, quien sostiene que Bolsonaro y otras 33 hicieron un complot para desconocer el resultado electoral y mantenerse en el cargo. El plan, que se gestó dentro del Palacio Presidencial, se llamaba "Daga Verde y Amarilla", en referencia a los colores que el expresidente usa siempre para identificarse políticamente.
La fiscalía detalló en un comunicado que los acusados "incitaron y ejecutaron actos contra los Tres Poderes y el Estado Democrático de Derecho". De esta manera, entre los principales involucrados están el exmandatario y su excompañero de fórmula, Walter Braga Netto.

Bolsonaro y el golpe de Estado que no fue
La Policía Federal presentó un informe en noviembre pasado donde explica cómo Bolsonaro y su entorno buscaban sembrar desconfianza en el sistema electoral, convencer a los militares de que apoyaran el plan y generar disturbios en la capital. La idea era darle una fachada legal al golpe a través de un decreto presidencial que nunca se firmó porque no lograron suficiente respaldo dentro del Ejército.
Después de varios intentos frustrados, todo explotó el 8 de enero de 2023, cuando miles de seguidores de Bolsonaro atacaron el Congreso, el Palacio Presidencial y la Corte Suprema en Brasilia. El objetivo era forzar la intervención militar y desconocer el resultado electoral, pero todo terminó en detenciones y condenas.

Qué dice Bolsonaro sobre la causa
Desde el entorno del político imputado calificaron la acusación como vacía y sin pruebas. Su equipo legal dijo estar "indignado" y su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, acusó a la fiscalía de responder a los intereses de Lula.
El propio expresidente también salió al cruce. "No tengo preocupaciones sobre las acusaciones, cero. ¿Vieron el decreto del golpe? No lo vieron. Yo tampoco", dijo a la prensa en el Senado de Brasilia.

Si la Corte Suprema acepta los cargos, Bolsonaro podría ir a juicio este año y enfrentar una pena de hasta 20 años de prisión. De todas formas, el expresidente ya tiene prohibido presentarse en las elecciones de 2026 porque la Justicia lo inhabilitó tras comprobar que usó su poder para instalar sospechas falsas sobre el sistema de votación.