En los últimos años, surgieron versiones de WhatsApp que prometen funciones adicionales y una mayor personalización. Sin embargo, representan un peligro para tu dispositivo. ¿Qué puede pasarte si descargás una versión trucha de la app?
WhatsApp es la aplicación de mensajería más utilizada a nivel mundial, con millones de usuarios que la emplean diariamente para comunicarse con amigos, familiares y colegas. A pesar de incorporar constantemente mejoras de personalización, la realidad es que sigue siendo acotada la capacidad de añadir funciones extras como si tienen otras apps.
Desde la empresa matriz, Meta, han advertido en reiteradas ocasiones sobre los peligros de instalar versiones modificadas de WhatsApp. No solo ponen en riesgo la integridad de los datos personales, sino que también pueden comprometer el funcionamiento del dispositivo y hasta derivar en la suspensión de la cuenta. ¿Cuáles son exactamente riesgos asociados con el uso de versiones no oficiales y las medidas que WhatsApp puede tomar contra quienes las utilicen?

Qué son las versiones truchas de WhatsApp
Las versiones no oficiales de WhatsApp son aplicaciones desarrolladas por terceros que modifican la versión original para agregar nuevas funcionalidades. Algunas de las más conocidas son WhatsApp Plus, GB WhatsApp y YoWhatsApp.
Estas aplicaciones ofrecen opciones que no están disponibles en la versión oficial, como la personalización del diseño, el envío de archivos de mayor tamaño o la posibilidad de ocultar el estado en línea.
Si bien estas funciones pueden resultar atractivas para algunos usuarios, estas aplicaciones no cuentan con el respaldo de Meta ni con las medidas de seguridad implementadas en la versión original. Al ser desarrolladas por terceros, no están sujetas a auditorías de seguridad ni a estándares de protección de datos, lo que deja a los usuarios expuestos a múltiples vulnerabilidades.

Riesgos de instalar versiones no oficiales de la app
1. Exposición a malware y virus
Uno de los principales peligros de descargar versiones no oficiales de WhatsApp es la posibilidad de que incluyan malware o virus en su código. Como estas aplicaciones no están disponibles en las tiendas oficiales de aplicaciones, los usuarios deben recurrir a sitios web de terceros para obtenerlas. Estos sitios pueden distribuir versiones alteradas que contienen software malicioso diseñado para robar información personal, espiar conversaciones o incluso tomar el control del dispositivo.
El malware presente en estas aplicaciones puede provocar:
- Robo de contraseñas y datos bancarios.
- Espionaje a través del micrófono y la cámara del dispositivo.
- Instalación de otros virus sin el conocimiento del usuario.
- Ralentización o fallos en el funcionamiento del teléfono.
2. Falta de cifrado de extremo a extremo
Una de las características más importantes de WhatsApp oficial es su cifrado de extremo a extremo, que garantiza que solo el remitente y el destinatario puedan leer los mensajes. Las versiones no oficiales pueden no contar con este cifrado, lo que deja las conversaciones expuestas a terceros. Esto significa que cualquier persona con acceso a los servidores en los que se almacenan los mensajes puede interceptar y leer la información.
Sin esta protección, los usuarios pueden ser víctimas de filtraciones de datos, robo de identidad o ataques de phishing que comprometan sus cuentas y contactos.

3. Posible suspensión o eliminación de la cuenta
WhatsApp ha establecido en sus términos de servicio que el uso de aplicaciones no oficiales está prohibido. La empresa puede detectar cuándo un usuario está utilizando una versión modificada y aplicar sanciones, que pueden ir desde una suspensión temporal hasta la eliminación definitiva de la cuenta.
Si una cuenta es suspendida temporalmente, el usuario recibe una notificación advirtiendo que debe desinstalar la versión no oficial y descargar la aplicación original para recuperar el acceso. Sin embargo, si el usuario reincide, la sanción puede volverse permanente, lo que implica la pérdida total de los chats, contactos y archivos almacenados en la cuenta.
4. Falta de actualizaciones y vulnerabilidades de seguridad
WhatsApp lanza periódicamente actualizaciones que corrigen fallos de seguridad y mejoran el rendimiento de la aplicación. Las versiones no oficiales no cuentan con estas actualizaciones, lo que las vuelve más propensas a sufrir ataques de ciberdelincuentes. Un error en el código de una versión no oficial puede ser explotado por hackers para acceder a la información del usuario o incluso para propagar virus entre sus contactos.
Además, algunas de estas aplicaciones pueden volverse incompatibles con futuras versiones del sistema operativo del dispositivo, lo que genera problemas de funcionamiento y deja a los usuarios sin soporte técnico.
Cómo protegerse de estos riesgos
Para evitar problemas de seguridad y proteger la privacidad de los datos, es fundamental seguir algunas recomendaciones clave:
- Descargar WhatsApp solo desde fuentes oficiales: la mejor manera de garantizar que la aplicación instalada es segura es descargarla exclusivamente desde Google Play Store (en Android) o App Store (en iOS). Las versiones no oficiales solo están disponibles en sitios web de terceros, lo que aumenta el riesgo de descargar malware junto con la aplicación.
- Activar la verificación en dos pasos: esta función de seguridad adicional protege la cuenta incluso si alguien obtiene el número de teléfono del usuario. Para activarla:
- Abrir WhatsApp y dirigirse a "Configuración".
- Seleccionar "Cuenta" y luego "Verificación en dos pasos".
- Ingresar un código PIN de seis dígitos y un correo electrónico de recuperación.
- No compartir información confidencial a través de WhatsApp: a pesar del cifrado de extremo a extremo, es recomendable evitar compartir datos sensibles, como contraseñas o información financiera, a través de la aplicación. En caso de una filtración de datos, esta información podría caer en manos equivocadas.
- Mantener el dispositivo y la aplicación actualizados: tener siempre la última versión de WhatsApp y del sistema operativo ayuda a protegerse contra vulnerabilidades de seguridad. Las actualizaciones incluyen parches que corrigen fallos y refuerzan la protección contra amenazas cibernéticas.
- Desconfiar de aplicaciones que prometen funciones adicionales: si una aplicación ofrece características que parecen demasiado buenas para ser verdad, lo más probable es que implique riesgos de seguridad. Las modificaciones no autorizadas pueden comprometer el funcionamiento del dispositivo y exponer datos personales a ciberdelincuentes.