El gigante español de las telecomunicaciones, Telefónica, avanza con la venta de su filial en Argentina. Al menos ocho grupos, entre firmas locales y jugadores internacionales, se anotaron en la carrera para quedarse con el negocio, en una disputa que empieza a delinear un mapa con fuertes implicancias económicas y políticas.
El primer paso en la compulsa por Telefónica lo dará este viernes JP Morgan, el banco estadounidense contratado para estudiar la operación, cuando revele las postulaciones formales de los interesados. Aunque la fecha límite está fijada para el 21 de febrero, en los hechos el proceso seguirá abierto para nuevos oferentes que quieran sumarse a la puja.
La venta no es una sorpresa. Telefónica había manifestado su intención de desprenderse de sus operaciones en Argentina, Perú y Colombia desde 2019, pero hasta ahora no había encontrado el clima adecuado para concretarlo. Con el nuevo año en marcha y un escenario local más abierto a los negocios, la multinacional busca finalmente avanzar en la operación.

Entre los grupos que mostraron interés figuran pesos pesados del empresariado nacional, como el Grupo Clarín, el Grupo Olmos, Corporación América y los empresarios Marcelo Mindlin (Pampa Energía) y Eduardo Elsztain (IRSA, Banco Hipotecario). Desde el exterior, aparecen nombres de alto calibre: el magnate mexicano Carlos Slim, a través de América Móvil; y el francés Xavier Niel, quien podría ingresar con Millicom o Iliad.
El gobierno de Javier Milei sigue el proceso con atención, sobre todo por lo que implicará el control de un jugador clave en el mercado de las telecomunicaciones. Si el Grupo Clarín o América Móvil logran quedarse con Telefónica, la operación requerirá más que un visto bueno regulatorio: implicará una decisión política de peso.
El punto más delicado es el posible avance de Clarín, que ya controla Telecom y busca sumar la región sur que hoy opera Movistar. De concretarse, se reconstituiría de facto la vieja ENTEL, pero en manos privadas. Un escenario similar se daría si Slim logra integrar Movistar con Claro, conformando un gigante con un dominio absoluto en el sector móvil.