El clima viene convirtiéndose en un severo desafío para el campo argentino en los últimos años. Pero en algunas regiones del norte del país, es aún más complicado, por lo cual los productores van optando por diferentes cultivos para hacerle frente a estos cambios, como es el caso de la moringa.
La moringa es una planta multifacética conocida por sus propiedades alimenticias, que aporta vitaminas, aminoácidos y proteínas y es un producto que, a través de los años, ganó popularidad en ferias locales del norte del país, donde se destacan sus beneficios para la salud.
Es por eso que desde el INTA Yuto promueven el cultivo de moringa oleífera como una opción para diversificar la producción agrícola y asegurar la comercialización de sus hojas secas, aprovechando que la variabilidad de las lluvias en las provincias como Salta es propicia para su producción.

“El árbol de moringa puede alcanzar más de cinco metros de altura y es muy resistente a las sequías. Esto la convierte en una opción viable para nuestra región, donde las precipitaciones son variables”, sostuvo Antonio Sangari, técnico de la Agencia de Extensión Rural de Oran, de la Estación Experimental de Cultivos Tropicales del INTA Yuto, Jujuy.
Según Sangari, “el clima en el norte salteño, con temperaturas que oscilan entre 0 y 45 grados centígrados, puede ser desafiante, pero la moringa se adapta bien”.
Asimismo, “la preparación del terreno y el riego adecuado son cruciales”, para el desarrollo de la planta, por lo que "el productor debe asegurarse que el suelo sea franco y bien drenado para evitar la pudrición de raíces”. Además, la moringa requiere mucha luz solar y humedad controlada para crecer adecuadamente.
Pruebas con la moringa
En el INTA entienden que este cultivo puede ser una opción más para que los productores, en especial los pequeños, puedan hacerle frente a la variabilidad climática de la región y, además, obtener ganancias. Es por eso que los ensayos con el cultivo fueron cruciales para poder impulsar siembra.

"La experiencia con el cultivo fue positiva en varias comunidades del departamento de Orán", dijo Sangari, al asegurar que "los productores han adoptado rápidamente esta alternativa, ya que ofrece un periodo de cosecha más amplio que otros cultivos tradicionales” y, a su vez, permite "ingresos más estables debido a que la cosecha de hojas comienza en octubre y se extiende hasta junio".
“Establecimos un acercamiento entre productores y compradores para fijar precios justos. Además, facilitamos la logística necesaria para que los productores pudieran inscribirse como monotributistas y poder facturar”, afirmó el especialista.
Esta organización ha permitido que los productores no solo vendan hojas, sino que también desarrollen productos como el té de moringa. “Los consumidores la utilizan para regular la diabetes, mejorar la anemia y como fuente de energía”, concluyó.