El papa Francisco sigue crítico, pero con carácter “estacionario”, es decir, estable dentro de la gravedad. Según el parte médico publicado esta mañana por el Vaticano, el Pontífice ha pasado una noche tranquila y sigue descansando.
Aunque nadie se arriesga a vaticinar qué pasará en los próximos días, parece que el papa Francisco ha recuperado una cierta estabilidad desde que sufriera esa crisis respiratoria aguda y la insuficiencia renal el pasado fin de semana, y ha retomado una leve “actividad laboral”, tal y como anunció el Vaticano a última hora de la tarde del martes.

Con esto, por supuesto, baja un poco la “fiebre de cónclave” en que se sume Roma cada vez que un papa ingresa al hospital. Ahora, la duda es si podrá recuperar las condiciones de salud para seguir ejerciendo.
Francisco, que ahora tiene 88 años, ya anunció hace tiempo que la renuncia era una “puerta abierta” a la que por ahora no había querido llamar y en 2022 las crónicas vaticanas recogen que él mismo explicó haber firmado al inicio de su papado una carta de dimisión en caso de “incapacidad médica” que había entregado al Secretario de Estado.

Por ahora, las fuentes del Vaticano hablan de que el día a día de la iglesia sigue, que el papa Francisco ha trabajado este martes en tareas ligeras, que no ha recibido cardenales este martes, pero el lunes firmó decretos para la beatificación y el mensaje para la Cuaresma junto al Secretario de Estado, y que ese mismo decidió reanudar su tradición de llamar a la parroquia de la franja de Gaza, es decir, que ha retomado alguna actividad leve dentro de su reposo y convalecencia en el hospital.