El Papa Francisco pasó una noche "tranquila" luego de un fin de semana en el que su estado de salud despertó serias preocupaciones. Según el último parte médico emitido por el Vaticano, el Santo Padre continúa descansando y su situación se encuentra estable, aunque con pronóstico reservado.
Este domingo 2 de marzo, el Papa Francisco cumplió 17 días de internación en el Hospital Gemelli de Roma, donde fue ingresado el pasado 14 de febrero debido a una bronquitis que, lamentablemente, sufrió complicaciones. Esta es la cuarta vez que el Papa es hospitalizado desde 2021, y ninguna de estas internaciones había sido tan prolongada, lo que ha generado inquietud entre sus seguidores y el mundo entero.
De acuerdo con la información proporcionada por el Vaticano, el Papa no ha tenido nuevos episodios de broncoespasmos, como el ocurrido el viernes 28 de febrero. A pesar de ello, su estado sigue siendo vigilado con cautela. En palabras oficiales, “la noche ha sido tranquila” y el Pontífice continúa descansando. Sin embargo, su pronóstico sigue siendo "reservado", lo que mantiene la incertidumbre sobre su recuperación.
El Vaticano también ha destacado que el Papa Francisco se mantiene "lúcido y orientado", lo cual es un dato importante, dado su estado de salud general y su edad, 88 años. Además, no se ha observado fiebre ni signos de un aumento en los glóbulos blancos, lo que sugiere que su cuerpo está combatiendo una posible infección.

El 28 de febrero, la salud del Papa Francisco atravesó momentos críticos. Inicialmente, se había informado que su condición mejoraba, pero por la noche se produjo una complicación. Ese día, el parte médico reveló que, luego de una mañana en la que alternó entre fisioterapia respiratoria y oración en la capilla, el Sumo Pontífice sufrió una crisis aislada de broncoespasmo que derivó en vómitos, inhalación y un empeoramiento repentino de su afección respiratoria. Como consecuencia, se decidió iniciar ventilación mecánica no invasiva, a lo que respondió positivamente.
Por este episodio, los facultativos señalaron que debían esperar entre 24 y 48 horas para conocer los efectos que esta complicación podría haber tenido en su salud. Este plazo sigue vigente hasta el día de hoy, lo que mantiene en vilo a la comunidad católica y al público en general.
La prolongada internación y la incertidumbre sobre su estado de salud han generado dudas sobre la capacidad del Papa Francisco para continuar con sus funciones. Esto es motivo de preocupación, especialmente considerando que el derecho canónico no establece procedimientos claros para situaciones graves que puedan afectar la lucidez del Pontífice.