El mercado de productos orgánicos se encuentra en plena expansión en el mundo, a partir de la demanda creciente por parte de los consumidores, que optan por otros hábitos de alimentación.
Teniendo en cuenta esta tendencia, Argentina, al ser un país netamente agroexportador, no puede quedar afuera, cuestión por la cual el sector no solo se está adaptando a este nuevo panorama, sino que también se va haciendo de herramientas por una inserción inteligente.
Es por eso que el Grupo GR, a través de su empresa Agrovisto, recibió una licencia oficial del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) como certificadora orgánica y ya está en condiciones de auditar la producción de alimentos orgánicos en origen.
De hecho, el Grupo ya producía soja no transgénica orgánica en su campo experimental “PT Farm” y ahora se propone difundir esta actividad, ofreciendo a otros productores la posibilidad de volcarse a esta actividad de nicho.
En diálogo con Agro con Vos, el director técnico de certificación de Agrovisto, Jonatan Graef, explicó que lo que hacen desde la firma "es la verificación de los datos de todo lo que es la parte documental que cumple con la norma ISO/IEC 17065 para la realización del proceso. O sea, se hace la verificación de la documentación, del plan de producción y demás, y también la inspección a campo en carácter de auditoría, para poder verificar que lo que se declara se está realizando".
En este sentido, la producción orgánica, por ejemplo de soja, que certifica Agrovisto, como así también de otros cultivos extensivos, como el maíz, el sorgo o el girasol, por citar algunos, tiene otros beneficios además de responder a las nuevas demandas de los consumidores, sino que también se paga mejor en los mercados internacionales.
"El cultivo de soja no transgénica orgánica se caracteriza por la producción sin aplicación de fitosanitarios y permite acceder a condiciones comerciales muy beneficiosas", apuntaron desde el Grupo GR.
Es por esto que destacaron que "el cultivo se inicia con un contrato de compra asegurada del total de la producción y a precios diferenciales, que pueden oscilar entre los 15 y los 100 dólares adicionales por tonelada, respecto a la soja convencional".
Según Graef, "hace varios años que se viene trabajando en Argentina" en la producción de granos y alimentos orgánicos y asegura que esta producción "tiene potencial por el cambio generacional y la conciencia de consumir productos más saludables".
"Desde que comenzamos este camino hasta lograr la certificadora, nos dimos cuenta que iba a ser una herramienta necesaria en el futuro. Empezamos a consultar a productores para avisarles que estábamos trabajando y tuvimos buena respuesta, con interés para contar con la certificación. Hoy el mundo está pagando un diferencial, que les mejora la rentabilidad a los productores", concluyó.
Certificación internacional
En paralelo, el Grupo GR ya está tramitando la certificación internacional, dado que los mercados de exportación pueden exigir la doble certificación: la nacional (según la norma ISO/IEC 17.065-2012, la ley de productos orgánicos y la resolución 374/16 de Senasa) y la internacional, cuya normativa varía según el destino.
"Contar con ambas certificaciones abre las puertas de mercados de alto valor, como los de Estados Unidos y ciertos mercados europeos, en los que se requiere el certificado de soja no transgénica y con regulaciones específicas para ser considerada orgánica", indicaron desde la compañía.
"La certificación internacional no solo amplía las oportunidades comerciales, sino que también asegura el cumplimiento de los estándares exigidos en los mercados de destino. Esto implica un riguroso control en la trazabilidad del proceso productivo, desde la selección de semillas hasta la cosecha y comercialización, garantizando la calidad y diferenciación del producto", destacó Andrés Méndez, ingeniero agrónomo y asesor del Grupo GR.
El Grupo GR, además del campo experimental “PT Farm”, la producción de cultivos de especialidad y la certificadora, posee otras actividades empresariales como la producción agrícola y ganadera tradicional, la fabricación de máquinas agrícolas, la distribución de semillas y una aceitera.
"Por eso, aprovechando los recursos que posee en cada eslabón de la cadena, el Grupo GR ofrece a los productores un paquete tecnológico completo que permite obtener ahorros de entre 10 y 15% en los
costos operativos de la producción", indicaron desde la firma.