Antonio Gasalla, uno de los grandes íconos del humor argentino, murió hoy a los 84 años. En los últimos meses, su estado de salud se había deteriorado y sus allegados, como Marcelo Polino, habían hablado de su situación con mucha preocupación.
Gasalla fue mucho más que un actor: creador de personajes inolvidables, referente del teatro y la televisión, marcó la cultura popular con su talento único. Desde Mamá Cora en Esperando la carroza hasta La Abuela en el living de Susana Giménez, dejó una huella imborrable en la risa de los argentinos.

Gasalla y un amor por el teatro desde chico
El actor nació en Ramos Mejía, en el oeste del conurbano bonaerense. Creció en una familia de clase media, su padre era peluquero, su madre ama de casa, y tenía un hermano mayor. Desde chico, se enganchó con el arte: pasaba tardes enteras en el cine y el teatro, y a medida que creció, ese amor por el escenario se hizo cada vez más fuerte.
Aunque primero tanteó otras carreras, finalmente se formó en la Escuela Nacional de Arte Dramático y arrancó su camino en el teatro en los años 60. Su primer gran éxito fue Help, Valentino, junto a Nora Blay, Edda Díaz y Carlos Perciavalle, con quien luego armaría varios espectáculos de café-concert, un género que revolucionó la escena porteña.

Ya en los 70, Gasalla era un peso pesado del teatro argentino. Montó obras en la calle Corrientes que fueron furor, como Pan y Circo, Gasalla for Export y Maipo made in Gasalla.
Mamá Cora, La Abuela y la explosión en la tele
Si hay un personaje que quedó en la memoria de todos, es Mamá Cora, la inolvidable abuela de Esperando la carroza (1985). Con su humor ácido y sus despistes entrañables, Gasalla brilló en esa película junto a un elenco de lujo: China Zorrilla, Enrique Pinti, Luis Brandoni, Mónica Villa y Betiana Blum.

Más tarde, le dio una vuelta de tuerca al personaje y lo convirtió en La Abuela, que se transformó en un clásico del programa de Susana Giménez. Su última aparición fue en 2017, cuando se despidió del ciclo con lágrimas en los ojos.