Una inesperada denuncia en las tierras inhóspitas de la Antártida alarmó a los superiores de un grupo de científicos que reside en una base de investigación: uno de los investigadores fue acusado de agresiones y amenazas por sus compañeros y estos pidieron ser rescatados. "Su comportamiento ha escalado hasta un punto profundamente perturbador", declararon.
El problema crece: a pesar de haber recibido la denuncia, los científicos no podrán recibir ayuda ni ser rescatados por diez meses, ya que las condiciones climáticas del lugar impiden el ingreso y la salida de la estación. Toma dos semanas llegar a la base, pero los témpanos de hielo y las condiciones meteorológicas extremas imposibilitan el acceso.
El panorama le hiela la sangre a cualquiera y no por el frío. El encierro, el aislamiento y el clima hostil de por sí producen asfixia y tienen repercusiones psíquicas complejas, y la situación empeora si uno de los miembros de la convivencia se transforma en un agresor. La sensación de indefensión y peligro es moneda corriente.
El grupo de científicos, nueve en total, reside en la base de investigación Sanae IV, perteneciente al territorio de Sudáfrica. Allí juntos realizan estudios meteorológicos, geológicos y atmosféricos.

La base donde viven en la Antártida consta de tres módulos naranjas que los protegen del clima extremo. Estas instalaciones, que se asemejan a contenedores, contienen laboratorios, oficinas, alojamientos, una biblioteca, una sala de juegos y un bar. Están equipados con generadores que funcionan con energía diésel para calefacción y un fundidor de nieve que genera agua potable. Una conexión satelital proporciona líneas telefónicas, para que estén comunicados.
El clima en la base invierno ronda los -23°C y los vientos pueden alcanzar los 217 km/h, por lo que durante muchos meses los equipos están completamente aislados, y la convivencia prolongada en estas condiciones extremas puede alterar la estabilidad emocional del grupo.
Qué dice la denuncia que llegó desde la Antártida
Así fue que llegó la denuncia: las autoridades sudafricanas recibieron un alarmante correo que detallaba la difícil situación que atravesaban los científicos en la Antártida. Aunque los nombres no han sido revelados, quien escribió el mail expresó que uno de los integrantes del grupo de investigación había agredido de forma física y amenazado de muerte a otros y que la situación no daba para más.
"Su comportamiento ha escalado hasta un punto profundamente perturbador. En concreto, agredió físicamente a X, lo cual constituye una grave violación de la seguridad personal y las normas laborales", se escribió el denunciante. La extensa carta añadía que agredió sexualmente a otro investigador y que "además, amenazó con matar a Y, creando un ambiente de miedo e intimidación. Sigo profundamente preocupado por mi propia seguridad, preguntándome constantemente si podría convertirme en la próxima víctima". En el mensaje con el texto fue compartido por el medio sudafricano Sunday Times.

Allí, las temperaturas invernales -estación que se desarrolla de abril a octubre- rondan los -23°C y los vientos pueden alcanzar los 217 km/h. En esas condiciones extremas, especialistas advirtieron que el aislamiento y la convivencia prolongada pueden alterar la estabilidad emocional del grupo. Si bien toma dos semanas llegar al sitio, que se encuentra en la cima de un acantilado, los témpanos de hielo y las condiciones meteorológicas extremas imposibilitan la entrada y la salida.
Qué pasará con los científicos aislados en la Antártida
Tras la denuncia, Dion George, el ministro de Medio Ambiente de Sudáfrica, dijo que se encargaría personalmente de hablar con los miembros del grupo de investigación "para evaluar por mí mismo" la situación. Según informó la autoridad, los problemas comenzaron como "un altercado verbal entre el líder del equipo y esta persona" pero que "luego la situación se intensificó y esa persona agredió físicamente al líder".
Otra de las medidas que tomó el ministro fue que se comunicó con los ministros de Noruega y de Alemania para ponerlos al tanto, por si se necesitaba una intervención urgente, ya que ambos países tienen bases cercanas; la más próxima a alrededor de 320 kilómetros.