Científicos de la empresa Colossal Biosciences lograron una hazaña sin precedentes: lograron la especie extinta del lobo gigante o terrible. Se trata de una especie que se hizo popularmente conocida gracias a la serie Game of Thrones.
El lobo gigante es una especie que lleva extinta alrededor de 13.000 años. Sin embargo, en el año 2021, un equipo independiente logró recuperar ADN de fósiles de esta especie con los que modificaron 20 genes de lobos grises para darle a los animales características del lobo gigante.
A partir de las células editadas, crearon embriones y los implantaron en madres sustitutas para que los dieran a luz. De ahí nacieron tres lobos perfectamente sanos: dos machos de seis meses y una hembra de 2. Sus nombres son Rómulo y Remo (como los nombres del mítico relato de la fundación de la antigua ciudad de Roma) y Khaleesi (el apodo que recibe el personaje Daenerys Targaryen en la serie Game of Thrones). Estos animales creados artificialmente poseen algunos rasgos de los lobos gigantes.

Para empezar, son grandes y tienen un pelaje denso y pálido que no se encuentra en los lobos grises. La empresa mantiene a los lobos en una instalación privada que no revelaron ubicada al norte de Estados Unidos.
Los científicos de Colossal Biosciences calificaron a los tres cachorros con genes del lobo gigante como el primer caso exitoso de desextinción. Si bien los animales permanecerán en cautiverio, la tecnología que se utilizó para crearlos podría servir para conservar especies que todavía no se extinguieron. pero que se encuentran en peligro, como es el caso del lobo rojo, cuya especie se limita principalmente a Carolina del Norte.
Los avances de Colossal se deben a su forma alternativa de revivir a una especie extinta. En vez de tomar una célula intacta de los restos de una especie extinta, los científicos de Colossal optaron por analizar ADN antiguo para identificar las mutaciones claves que diferenciaban a las especies extintas de sus parientes vivos.

Tras ello, los investigadores modifican el ADN del pariente vivo y utilizan esos genes para producir animales viables. De esta manera, el animal revivido no sería idéntico al extinto, pero sí lo sería en rasgos claves.
El proceso de gestación del lobo gigante
Los investigadores comenzaron su ambicioso trabajo con una lista detallada de los genes característicos del lobo gigante. El primer paso fue aislar células sanguíneas de lobos grises y cultivarlas en un laboratorio. A partir de ahí, modificaron el ADN de estas células para introducir las mutaciones específicas del lobo gigante.
Hace una década, los científicos ya habían logrado alterar un solo gen en beagles para conseguir que desarrollaran músculos más grandes. Desde entonces, los avances en la edición genética les permitieron editar múltiples genes simultáneamente en mamíferos. En este nuevo proyecto, el equipo de Colossal se propuso modificar nada menos que 20 genes para acercarse lo más posible a las características del lobo gigante.
El proceso consistió en introducir mutaciones del lobo gigante en 15 genes, pero no en todos. Decidieron omitir cinco genes específicos debido a estudios previos que demostraron que estas mutaciones causan sordera y ceguera en los lobos grises. En lugar de esas mutaciones, los científicos optaron por introducir alteraciones en genes de lobos grises y perros que no causan enfermedades, pero que tienen características fenotípicas del lobo gigante.

"Es una línea muy fina", comentó la genetista Beth Shapiro, directora científica de Colossal Biosciences. "El objetivo es revivir estos fenotipos, pero no queremos hacer algo que sea perjudicial para el animal".
El siguiente paso fue el más delicado: el equipo transfirió el ADN modificado de las células sanguíneas del lobo gris a óvulos de perros vacíos. Tras crear varios óvulos modificados, estos fueron implantados en perras grandes que actuaron como madres sustitutas. Aunque la mayoría de los embriones no se desarrollaron correctamente, cuatro cachorros nacieron con éxito. Uno de ellos falleció a los 10 días debido a una ruptura intestinal, pero la autopsia reveló que la causa de la muerte no tenía relación con las mutaciones genéticas.
Matt James, director de animales en Colossal, supervisó los embarazos y los partos. Fue en el momento en que vio el primer cachorro con pelaje blanco cuando se dio cuenta de que el experimento había sido un éxito. "Ese primer destello blanco fue una verdadera bofetada", recordó James emocionado. "Se me quedará grabado para siempre".
Este avance podría marcar un precedente en la ciencia genética y en los esfuerzos por traer de vuelta especies extintas, aunque también abre un debate sobre los límites éticos y científicos de la desextinción. Los investigadores aseguran que este proyecto no solo busca revivir al lobo gigante, sino también comprender mejor los procesos genéticos detrás de la extinción y su posible reversión.