Toda persona que vea fútbol escuchó alguna vez la frase "patear un penal a lo Panenka". Quizá haya sido un relator en un partido, un periodista gráfico, una charla entre amigos o, incluso, salido de la boca de tu hijo. Sin embargo, la mayoría desconoce el origen de este término que, sin saberlo, terminó inmortalizándose en el idioma futbolero. El "culpable" de esto es Antonín Panenka. Nacido en Praga, República Checa (en aquel momento aún se llamaba Checoslovaquia), este hombre de bigote dio origen a una de las jergas más utilizadas en el fútbol moderno.
Panenka debutó con 18 años en el FC Bohemians 1905 de Praga. Allí brilló entre el 1967 y 1981, período en el cual también fue parte de la Selección de Checoslovaquia. Posteriormente, emigró al fútbol austríaco, y pasó por clubes como el Rapid Viena, Pölten, Slovan Wien, Hohenau y Kleinwiesendorf. Finalmente se retiró en 1993 a los 44 años.
Sin embargo, la carrera de Panenka se reduce a lo hecho en la final de la Eurocopa de 1976 entre Checoslovaquia y Alemania Federal. Luego de empatar 2-2 en el tiempo reglamentario, el título se iba a definir por penales. En la tanda, Marián Masny, Zdeněk Nehoda, Anton Ondrus y Ladislav Jurkemik adelantaron a los checoslovacos. Por su parte, Rainer Bonhof, Heinz Flohe y Hans Bongartz hacían lo propio con los germanos, hasta que erró Ulrich Hoeneß.

Debido a esto, toda la responsabilidad caía en Antonín Panenka. En sus pies estaba la posibilidad de que Checoslovaquia se consagrara campeón por primera vez en su historia, luego de la frustrada final del Mundial de 1934. Además, aún estaba fresco el recuerdo de la invasión alemana en la segunda guerra mundial. El mediocampista ofensivo se perfiló para definir con derecha, corrió hacia la pelota y, en un gesto de rebeldía, la picó.
No sólo había conquistado Europa, sino que también había creado un estilo único que a día de hoy se sigue utilizando. Hacía más de cien años que se jugaba al fútbol cuando llegó Panenka a patentar su forma de patear penales. A nadie se le había ocurrido algo así. El tipo creó escuela. Irónicamente, el futbolista checo confesó años después que aún se siente preso de aquella definición: "Estoy muy orgulloso de ese penal, pero por otro lado también siento celos. Toda mi carrera traté de hacer un fútbol sugerente para el espectador y creo que mi carrera futbolística se ha visto demasiado reducida a ese penal".
Cómo se gestó el penal de Panenka
Nada es casualidad. El penal de Panenka contra Alemania Federal no fue una decisión improvisada, sino que fue fruto de la práctica. "Empecé a patear penales así dos años antes de la Eurocopa del 1976. Solía quedarme con el arquero, Zdenek Hruska, después del entrenamiento. Nos apostábamos cosas en tandas de penales, como cervezas o chocolate, y él era tan bueno que casi siempre me ganaba. Una vez por la noche pensé en ese tiro centrado y flojo, que sorprendería al arquero casi tirado a un lado", recordó.
Primero lo implementó en amistosos, luego en partidos de liga y después en la selección. "La primera vez fue en esa final y luego creo que volví a utilizarlo a los tres años en Bratislava, contra Francia. Allí fue un poco más difícil porque la prensa francesa ya me catalogaba como el ‘poeta del fútbol’. Pero se ve que el arquero no leía los diarios", añadió Panenka.

Además, el futbolista reveló que tanto el entrenador como sus compañeros de selección sabían que él iba a patear el penal de esa forma: "Todo el mundo sabía cómo iba a tirarlo. Tal vez fue una sorpresa en el extranjero. La única persona que me dijo que en un partido tan serio no me debía atrever fue Ivo Viktor, nuestro arquero. Éramos compañeros de cuarto y me dijo que si me atrevía a patear el penal a mi manera no me dejaría volver a entrar en la habitación. Por fortuna, salió bien".
"Había pedido patear último. Dos meses antes de la final de la Euro ya sabía que iba a pasar todo eso. No sé por qué pero es así. Estaba convencido de que íbamos a llegar a la final, que se iba a definir por penales y que yo patearía el definitivo. Si hubiera errado aquel penal, por haberlo pateado de esa forma, no me habrían dejado seguir en el fútbol. Incluso supe que el régimen comunista me habría acusado de deshonra a la patria. Si lo erraba, hubiese trabajado 40 años en una fábrica", indicó.

A casi 50 años de aquella hazaña, jóvenes y adultos usan su nombre para referirse a una forma de patear penales. Aunque muchos no saben su historia, el apellido Panenka persiste al paso del tiempo. Quedó asociado para siempre a la valentía y rebeldía de patear un penal picándola. Porque a veces, aunque parezca imposible, sólo hace falta una pelota y muchos huevos para hacer la revolución.