Para quienes buscan una escapada a menos de dos horas de la ciudad, existe un rincón escondido a orillas del río que combina historia, naturaleza y tranquilidad en dosis perfectas. Un lugar ideal para bajar un cambio, sin necesidad de manejar horas ni gastar fortunas.
Escaparse de la rutina porteña no siempre tiene que implicar un viaje largo o costoso. A veces, basta con subirse al auto y manejar un rato para encontrar esos pueblos que parecen detenidos en el tiempo, donde la calma no es un lujo, sino parte del paisaje cotidiano. En esta escapada, lo que sobran son árboles, calles de tierra, construcciones centenarias y aire puro.
Y si lo que se busca es algo más que pasto y mate, esta escapada también ofrece reservas naturales, costas amplias, muelles para pescar, cabalgatas, buena comida y hasta playas ribereñas. Un mix perfecto entre descanso y actividad, sin necesidad de salir de la provincia.

Un pueblo ribereño donde el tiempo se toma su tiempo
Este destino bonaerense, que supo ser un clásico entre los que sabían dónde ir, ofrece el combo justo para una escapada completa: costa sobre el Río de la Plata, calles empedradas, arquitectura colonial y una historia que se remonta al siglo XVIII. Se trata de Magdalena, cuya plaza principal, rodeada de edificios públicos y una iglesia imponente, es solo el punto de partida para conocer una ciudad que, sin perder su estilo de pueblo, sorprende por sus rincones culturales y naturales.
A pasos del centro se puede visitar el Centro Cultural, el Teatro Español (uno de los más destacados de la provincia por su acústica) y el histórico Palacio Municipal. Y si de historia se trata, la capilla original que dio origen al pueblo data del año 1776. Todo esto con menos de 27.000 habitantes, lo que garantiza una experiencia sin amontonamientos ni bocinazos.

Naturaleza viva: reservas, aves y el río a tus pies
Una de las joyitas de esta escapada es la Reserva Natural El Destino, de gestión privada, donde más de 200 especies de aves encuentran refugio. Ideal para caminatas, avistaje o simplemente contemplar el entorno. También se puede visitar el Parque Costero Sur, una biosfera protegida por la UNESCO, con paisajes ribereños únicos, bancos de conchillas y bosques que parecen salidos de otro mundo.
En la costa, los balnearios son una parada obligada. Hay dos: uno cerca del casco urbano y otro en Atalaya, ambos con guardavidas, servicios, y opciones gastronómicas para todos los gustos. Quienes buscan más acción pueden practicar deportes náuticos, pescar o hasta tomar clases de timonel. Y para descansar, hay cabañas, bungalows y hasta un hospedaje rural montado en antiguos vagones de tren reciclados.

Sabores, tradiciones y un aire bien campero
Una escapada no está completa sin una buena picada, y en esta zona eso está garantizado. Los recién llegados suelen hacer escala en una pulpería histórica que ofrece empanadas memorables y platos tradicionales. Todo en un entorno donde la calidez del trato y el ambiente familiar hacen sentir al visitante como en casa.
Además, el “Circuito de los Pueblos y los Campos” propone recorrer distintas comunidades rurales en un radio de 100 kilómetros. Hay estancias para visitar, ferias ganaderas, espacios para hacer picnic y una agenda simple pero llena de encanto. Ideal para un plan en pareja, con amigos o en familia.
Cómo llegar a Magdalena
Magdalena está a menos de dos horas del Obelisco y es perfecta para una escapada de fin de semana largo, o incluso de un solo día. Tiene todo lo necesario: balnearios limpios, reservas para explorar, cultura para descubrir y una paz que, para los que venimos del ruido constante, vale oro.
Llegar desde la Ciudad de Buenos Aires es simple. Se debe tomar la Autopista Buenos Aires–La Plata y, una vez pasado el peaje de Hudson, continuar por la Ruta Provincial 11 en dirección a Punta Indio. A lo largo del camino, se atraviesan paisajes rurales y tranquilos hasta llegar a este pintoresco pueblo ribereño, ideal para una escapada sin complicaciones. También hay servicios de ómnibus que salen desde La Plata y conectan con Magdalena de forma regular.