Son adorables, todo el mundo los quiere, les dieron fama de ser "el mejor amigo del hombre": los perros alegran los días de las personas que los adoptaron, por su protección y compañía. Pero no todo es color de rosas. En términos macro, este carnívoro domesticado está afectado el funcionamiento del medioambiente de formas mucho mayores que lo que se suele difundir.
Todo el mundo sabe, además, del gran impacto que tienen los gatos sobre el medioambiente. Poco se ha prestado atención sobre sus compañeros habituales, los perros, sobre los que existen menos estudios que analicen su impacto en las sociedades.
Según un estudio reciente, los perros en realidad han contribuido a un extenso impacto, entre el que se observa la extinción de 11 especies. Además, los perros domésticos son amenazas potenciales para otras 188 especies a lo largo de todo el mundo. Así lo lista el artículo Bad Dog: A new study examines the wildlife impacts of free-range canines publicado por la Pacific Conservation Biology.

Dentro de las maneras en las que los perros impactan de forma negativa en el medioambiente están, según los investigadores que realizaron el estudio: su predilección para la caza, que los convierte en depredadores naturales; sus cambios en el temperamento cuando experimentan miedo, -cuando se sienten amenazados, pueden reaccionar de formas que impactan en el bienestar de su entorno.
Además, otras de sus características como especie canina son factores decisivos a la hora de pensar su impacto en el medioambiente: con competitivos; muchas veces la "hibridación" de razas genera modificaciones genéticas que inciden en su desarrollo conductual y, por último, al tratarse de una especie en contacto constante con humanos y con otros animales -muchas veces con plagas- favorece su propensión a contraer enfermedades virales que generan contagio.
Para los especialistas, el compromiso con reducir este impacto es una problemática de conservación del medioambiente a nivel global. Como especie responsable de haberlos domesticado, los humanos debemos convivir y cuidar de los perros de forma respetuosa; es decir, teniendo información y conocimientos sobre sus necesidades específicas, acondicionando el espacio para recibirlos y alojarlos según sus necesidades y previendo que es necesario trabajar por reducir el impacto que tienen en el ecosistema.

De dónde vienen los perros
Los perros domésticos descienden del lobo gris (Canis lupus) que fue domesticado por los humanos hace 14.000 años. Hace una década, cuando se realizó el último estudio, se estimaba que había un billón de perros domésticos a lo largo del mundo, pero conforme creció la densidad de población mundial, este número, según la estadística, crece.
Los perros domésticos son típicamente omnívoros, ya que los humanos modificaron sus dietas a través de alimentos balanceados, pero también pueden consumir presas. Si bien entre perros domesticados la posibilidad de que sean ferales es menor que entre los gatos, todos son dependientes al 100% de los humanos pero, a su vez, todos interactúan en el medio ambiente con animales salvajes -como pájaros-.
