La Policía encontró el cuerpo de una mujer de 93 años enterrado en el patio de una vivienda, y quedó bajo la lupa una pareja integrada por su hija y su yerno, quienes reconocieron haberla sepultado allí tras su fallecimiento en abril del año pasado y seguir cobrando su jubilación.
La escena fue descubierta por efectivos del Departamento de Homicidios de Concarán, tras una orden de allanamiento emitida por la Fiscalía de Instrucción Nº 2 de la Tercera Circunscripción Judicial. El operativo se llevó a cabo en una casa ubicada sobre la calle Algarrobo, donde yacía el cuerpo de Blanca Esther Provenza, una mujer que, según su familia, murió por causas naturales hace casi un año y fue enterrada en el patio.
Pero lo que parecía una situación desesperada motivada por la falta de recursos, derivó en una investigación judicial. Es que el fiscal César Hugo Salazar Molina, a cargo de la causa, pidió informes a la ANSES para determinar si la pareja continuó percibiendo la jubilación de la mujer luego de su muerte. Además, ordenó la realización de una autopsia para descartar cualquier indicio de violencia.
El resultado de la necropsia, que se conoció este lunes, confirmó que Blanca Provenza falleció por causas naturales. Según el informe del médico forense Gustavo Lafourcade Durán, “no se encontraron signos ni causas directas de muerte violenta evaluables al momento del examen”, por lo que todo apunta a un fallecimiento por el deterioro lógico de la edad.
Aún así, la causa no se cierra. El fiscal Salazar Molina continuará investigando si hubo una maniobra fraudulenta para seguir cobrando la jubilación de la mujer, lo que podría configurar un delito federal por defraudación al Estado.
Tras el hallazgo, Jorge Gaguini, el yerno de la fallecida, dialogó con la prensa y justificó su accionar: “Acá la única historia es que no había plata, gracias al gobierno de turno, para pagar ni el entierro ni la cremación, que fue lo que pidió la pobre vieja, y no se lo pudimos dar”.
Mientras tapaba con tierra el pozo donde había estado enterrado el cuerpo, agregó: “Esta fue una salida momentánea para poder sortear la situación. ¿Si estoy arrepentido de lo que hice? ¿De atenderla hasta el último momento? Por favor... Pobre vieja, tenía demencia senil, había que lavarla, limpiarla... y mi señora ya está casi discapacitada”.
El propio Gaguini reconoció que no pidieron ayuda al municipio, lo cual calificó como “un error”, aunque aseguró que él mismo fue quien impulsó que se descubriera todo: “Yo fui a hablar con la doctora de cabecera para que se destapara esto, porque ya teníamos que acabar con esta situación”.